la mañana de un domingo cualquiera de los años 60.
En aquellas mañanas de domingo, las familias leonesas subían en caravana a la Virgen del camino para "oír" la misa de 1.
Y digo a oir porque, en verdad, aquellas misas dominicales eran auténticos conciertos.
2 comentarios:
Que tampoco falte hoy el comentario de este impenitente e irredento aprendiz de escribidor. Uno podría pensar que aquellos tiempos, los de la caravana a "oír la misa" en la Virgen del Camino, fueron mejores, en cuanto a religión se refiere, que los que hoy vivimos, tan profanos y apocados por el precio de los combustibles, pero ¡vaya uno a saber! A tenor de lo dicho, podría pensarse también que esa era la "caravana del concierto", sacro desde luego, pero a fin de cuentas concierto en que se metamorfoseaba la "misa". Menos mal que por aquel entonces nuestro ínclito Baldo no había escrito "La Última Cena", pues mis pocas luces no me permiten ver la relación que pueda haber entre una cena en serio y un concierto, como no sea lo de ir primero a la una que al otro o viceversa. Baldo, siendo como es tan buen músico, no alude sin embargo ni a música ni a conciertos a la hora de exponer los contenidos de esa "Última Cena", pues, siguiendo de cerca a San Juan, el evangelista, los cifra en el servicio (lavatorio de pies), en el amor (sermón del mandamiento nuevo) y en partir y compartir los alimentos (cenar). ¿Os imagináis celebrar ahora en serio una "Ültima Cena" como la propugnada por Baldo en la Virgen del Camino? Es posible que, de llevarse a efecto, la caravana de coches llegara hasta Valladolid, pero mucho me temo que ahora ni siquiera haya curas que sepan hacerlo. Que aproveche y buenas noches.
la instantánea es muy probablemente de 1974, quizás incluso de 1975, pero cumple a la perfección para transmitir el mensaje.
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