martes, 14 de diciembre de 2021

TEXTO DE JOSÉ IGNACIO SERRANO MALLADA (11 DE DICIEMBRE, RECORDANDO A pPEDRO, CARLINES BAÑUGUES, TURIENZO Y JAVI ESPINOSA)

 texto de José Ignacio que no se pudo leer durante la Misa.





Su nombre completo era Pedro Pablo, aunque todos lo conocimos por Padre Pedro. Y le venía bien este nombre de Pedro Pablo porque a veces su hieratismo aparente de piedra, que no era tal, se le unió la caída del caballo al ver la miseria y la injusticia social que anidaba en la población de las naciones centroamericanas donde lo primero era dar de comer y formar y luego evangelizar. Y en esa nueva misión y comprensión tuvo el cambio de vida y de mente hasta su muerte hace un año como hermano párroco de Vallecas.


Todos sus muchísimos alumnos lo conocemos por su labor formadora en el Colegio de la Virgen del Camino.


Esta función que ejerció en internados durante años en España no fue considera en su balanza vital como digna de elogio y satisfacción: “ No estoy muy orgulloso de aquellos años de formación en el Colegio” dijo, claro, una vez conocida ya la miseria y pobreza de aquellos pueblos al otro lado del mar. 


Fue para él una etapa de desgaste anímico y personal por la intensidad de trabajo, funciones repetitivas poco gratificantes, falta de espacio vital y carencia de apoyos durante tantos años.

Llegó a España retornado. Vino cambiado. Este germen de la nueva justicia social que abrazó en América lo llevaba ya larvado desde España, pero el sentido de obediencia que explicaba como columna ́vertebral de los votos canónicos tenía que comenzar con él por coherencia. Pero cambió cuando su sentido de la vida no podía limitarse a funciones meramente formadoras. Necesitaba otro espacio para encontrarse porque quería imitar al Jesús de todos: primero atender a los enfermos, dar de comer a los hambrientos, reparar la injusticia y dar amor a sus hermanos y después evangelizar. Pero qué era evangelizar?


En el funeral de su hermana en Gijón, al que asistimos varios compañeros, dijo algo que me conmovió al principio y me dio qué pensar después. Dijo: “jesús no era muy religioso”. Dicho así conmueve, pero luego cuando uno lo medita es verdad: cuántas sinagogas visitó, cuántos rezos encabezó, cuántas lecturas dirigió, cuántas ofrendas realizo, a cuántos rabinos visitó? Para Jesús y para Pedro Pablo la religión estaba mucho más cerca, al lado, en el hermano que sufría. Evangelizar era otra cosa...

Pedro Pablo murió en la cruz de Jesús y acogido al regazo de María, como en la imagen de LA VIRGEN DEL CAMINO.


MARIA,

LA ROSA DE LOS VIENTOS

VIENTOS DE AMOR Y MUERTE.

LOS CUATRO PUNTOS CARDINALES DE ERNESTO CARDENAL Y DE PEDRO PABLO SANCHEZ.



Viento del Oeste (IV)

PEDRO PABLO SANCHEZ.

Viento del Oeste,

Poniente,

Viento duro,

Viento que lleva la gorra, Viento que quita el sombrero.

Pedro Pablo, mi viejo en estado puro, esperaba

como todos los viejos,

desarmado, muy seguro,

todo entregado, sin futuro.

El viento poniente soplaba

cuando llegó a tu tierra Cefas El otro Pedrero. Te veo quitándote la gorra,

piensas que te quitas el escudo

y que sin ella eres carne de mazmorra.

Notas el olor de humilladero.

Toda tu vida ajena es tu saludo,

a la vez dejas que corra

el sudor por tus sienes y te postras

besando la mano lo primero.Esperabas una caricia de tu lucero,

pero recibes un dedo como porra

y la sentencia de sentirte prisionero

Se calma el viento de poniente guerrillero.

Tu pelo blanco llorando pide al sol que no corra. Pides que te socorra

tu amigo de los pueblos, tu compañero. Te cubres la cabeza con la gorra

sin viento.

Al lado, hay un prado

y ves que te está mirando un cordero. Tú le miras y boina en mano

por última vez

doblas tu brazo hacia tu corazón.

el brazo del perdón.

Estas diciendo “Te quiero”

antes de beber el vinagre por la sed.


 Viento del Sur (III)

Viento del Sur,

viento caliente.

viento del pueblo.

Siempre al sur mirando, Siempre del sur marchando, Al sur del río,

Al sur lo mío,

con la espalda mojada

porque el calor queda en la aldea

y conmigo viene la camiseta sudada. Ella los ríos vadea,

conmigo pelea,

camiseta rota y decolorada,

a la que la pulsación marea.

Ay, viento de sur,

viento caliente y salado

que mi choza rodea

y me empuja a El Dorado.

Así me salva del hambre

y de la partida armada

que trae un lazo de alambre

para dejarme colgado.

Es aviso para el pueblo:

se mueren los cariños

de una madre, de unos niños

con un infierno y un castigo desalmado.


 Viento del este (II)

 Viento del Este, naciente.

 Tu viento del oriente

 junto con el del norte

 tu oponente.

 Sufriste la riqueza y la autoridad,

 hierro candente

 desde el otro lado del río

 y de la mitra de frío.

 Miraste que sólo te importe

 acompañar al Nazareno

 hasta ese pobre terreno

 donde sólo hay necesidad

 y barrigas de pequeños

 pidiendo por caridad

 algo que calme el silencio

 cuando la sangre es coral,

 aunque al lado hay un palacio,

 un palacio de cristal.

 En él vive la opulencia sin freno

 junto al salario de cieno,

 donde nunca quisiste tú entrar

 para no comenzar a llorar.

 Viento del Este, viento frío y cielo claro.

 Valiente siempre aunque molestes.

 Ojos limpios se cerraron.

 Era una noche celeste.


 VIENTO DEL NORTE. (1)

 Viento del norte,

 de la riqueza.

 de poder y del dinero

 sin pensar en el obrero.

 Es el viento de la belleza

 y del mundo financiero.

 Con el hambre y la pobreza

 del desnudo pordiosero,

 con peones mucho peores

 y matones de vileza

 juegan siempre a ganadores

 y les vuelven para siempre prisioneros

 del extranjero.

 Les roban el sol que siempre vieron,

 aunque para el amo sea el tercero.

 y les dejan sin la tierra

 en que nacieron,

 en que vivieron,

 en que murieron,

 pero un loco no calló,

 era un loco que quisieron

 porque quiso,

 un valiente soñador todo entero.


José Ignacio


ENTRADA MÁS RECIENTE

Hotel Real Colegiata de San Isidoro de León

LAS TRES ENTRADAS MÁS POPULARES EN EL BLOG