miércoles, 31 de agosto de 2022

PURGATORIOS (Por Jesus Herrero) Capítulo 4 . Merche

 



Como no podía ser de otra manera —y después de muchos avatares— terminé fuera del seminario en las navidades de 1970. Los traumas eran ya demasiados. Intentar forcejear contra la naturaleza, la genética y otros tales enemigos sin armas consistentes, por no decir absurdas, era poco menos que imposible. Y aún más insensato era tratar de luchar sublimando místicamente las exigencias o necesidades físicas para convertirlas en algo llevadero, lo que venía a ser lo mismo que sentarse sobre el cráter de un volcán pensando que eso sería suficiente para impedir la erupción.

Regresé de nuevo a casa después de ocho años de seminario y tuve que reciclar a marchas forzadas mentalmente todo lo vivido y acoplarlo a una vida nueva que se parecía tanto a la anterior como un huevo a una castaña. No fue fácil y no hubo tregua en la adaptación. Tenía prisa por encajar en el engranaje de la vida cotidiana, sobre todo porque me sentía descontextualizado, desorientado y rezagado en el camino por el que circulaba todo el mundo.

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