Permitidme que dedique estas imágenes a mi paisano Luis Carrizo y a mi doble paisano Maxi Trapero.
Tras una madrugada fría, una mañana espléndida y el cielo ... ¿qué me decís del color del cielo?
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3 comentarios:
Tan real y bello como la vida misma. Me sumo al homenaje que supone la dedicatoria a Luis Carrizo y Maxi Trapero. Me ha hecho mucha gracia mirar la portada para responder a ese "¿qué me decís del color del cielo?". Pensé que era una metáfora para contermplar la derecha..., jajajá, pues ya sabéis que quien tuvo, retuvo, y que la mirada nunca deja de ser penetrante. Desde luego, el cielo de León, tan impoluto, es una auténtica invitación a adueñarse de él para poseerlo por completo. ¡Vaya por Dios, esta mañana todo se me va por la vena sexual! Sí, pero hay algo que me ha atraído mucho más la atención que el sosegado fluir de la vida y el esplendor celeste. ¿Sabéis qué es? Seguro que sí, pues es eso mismo en estáis pensando. Digámoslo complacido: la elegancia, la naturalidad y la destreza con que se pasea por todas partes ese tal "Alonso 14". ¡Todo un placer verte con tanta desenvoltura, amigo Alberto! Lo único que no me pega es lo del 24 de septiembre del 24 porque ese día es el que trauma ha fijado para quitar la escayola de la pierna derecha de mi mujer (el 7 de agosto se cayó por las escaleras de Mogarraz y, aunque pudo matarse, afortunadamente solo se partió la rótula de la rodilla derecha y algunos desarreglos más) y os aseguro que a día de hoy todavía la lleva puesta. En resumen, un hermoso video del otoño leonés que está a punto de comenzar, estación que deseo que sea del fruto, del sosiego y del dulce declinar que nos depara la vida.
Muchas gracias, querido Josemari, por haberme incluido en la dedicatoria, y al lado, además, de un leonés de tan alta graduación, siendo, como soy yo, un leonés raso. Seguramente habrá pesado en tu decisión el hecho sorprendente de que en junio nos encontrásemos en Segorbe por azahar, es decir inopinada y perfumadamente, pues que estábamos en tierras de nísperos, naranjos y limoneros. Yo por primera vez en mi vida y tú, posiblemente, también. Misterios de las casualidades.
El vídeo me ha encantado porque yo soy muy de ir a los mercados callejeros, los que se forman con tenderetes, que suelen ser más auténticos y desenfadados que los “de propiedad”. Aquí, en Alicante, los hombres te pueden gratificar con un tiento a la bota, o llamándote chaval o capitán; y las mujeres, perla, que me encanta. Lo que, lamentablemente, no puedo comprar por aquí son los embutidos que aparecen en el reportaje, ni las reinetas ni pimientos picantes del Bierzo, ni cebollas de orco, ni ese queso de pata de mula curado, Los Payuelos, declarado mejor queso de oveja de España, según leí el otro día en el periódico. Bien es cierto que , en contrapartida, puedo comprar hueva, mojama, capellanes y otras gollerías fenicias, váyase lo uno por lo otro.
También me ha gustado el vídeo porque soy, como tú, muy de cielos, humanos y divinos; y muy de pasear esa bellísima ciudad de León, que permaneciendo siempre bella en su propia mismidad que diría el Pitu, cambia de aspecto al paso de las estaciones, como cambia la luz de la Pulchra al paso de las horas. Esa catedral está cada día más bella y más esbelta. Así me gustaría envejecer a mí, cuando me toque.
Amigo Cortés, sabes que se te quiere.
Por cierto, Ramón, que se me olvidó comentarlo: espero que tu mujer se recupere pronto y bien. Esto de caerse por las escaleras compruebo últimamente que es una peste como la del covid.
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