domingo, 23 de junio de 2024

GRAVE ERROR EN EL BLOG (Por Ramón Hernández Martín)


Reflexión peripatética

 

Desde luego, la libertad de expresión es sacratísima no solo para expresar lo que a cada cual le parezca que tiene algún sentido, sino también para guardar silencios sepulcrales, se deban a que por hablar peligren las habichuelas o a que a uno le puedan cortar el gaznate por aquello de que “cuanto digas puede ser usado en tu contra”. Pero entre la palabra y el silencio está lo que llamamos creatividad, el mayor de los dones divinos que hemos recibido los mortales, don que pertenece en su totalidad a la palabra.

Viene aquí a cuento, por muy desaconsejado que sea decirlo, que a mí mismo ya me las han dado en ambos carrillos por escribir aquí y que, si bien ello propició un justificado silencio, una jugada genial de nuestro Furriel, hecha con cartas marcadas y un as en la manga, dio pronto al traste con aquel silencio vengativo, tras demostrar fehacientemente que los pros de escribir son muy gordos y sus contras, muy flacos.

Lo dicho se debe a que, tras haber invitado a un amigo, de amistad sólida y sincera, a volver a escribir en este blog, seguramente enfervorizado por la emoción de los votos renovados en la Virgen del Camino el 6 de abril, este me respondió en los siguientes términos: “no entro en el blog porque es para gente privilegiada, como lo eres tú y algunos más. Yo desentono”. ¡Joder, joder y joder!, nunca he leído tantos disparates juntos. ¿De qué puedo yo, el de las uvas verdes perennes, ser un privilegiado, cuando en el menester que nos ocupa apenas he aprendido a juntar substantivos y adjetivos, verbos y complementos? ¿Desentonar en la orgía de placer canoro que es el blog y en que vive o debe vivir permanentemente la gran familia antiguosalumnosdominicos?






Si me lanzo al ruedo con tales interrogantes no es porque tenga alguna esperanza de lograr que mi amigo se apee de sus trece, sino porque sé que hay otros muchos que piensan y obran igual, aunque no lo digan. Y eso, claro está, tengo que denunciarlo con la fiereza de quien se ha tragado un poste y atrincherado tras una verdad palmaria e intocable: el blog, este bendito santuario virtual de la Virgen del Camino, es de todos y para todos. Su única clave es “compartir”, cosa que pueden hacer con el mismo derecho y trascendencia quienes sepan juntar palabras y quienes solo seamos capaces de desparramarlas. Sería un tremendo error convertirlo en pantalla para el propio lucimiento y, no digamos, en fábrica de variopintos intereses.

El caudal que en él se comparte es justo el que entre todos generamos. Aquí no hay más cera que la que arde y, obviamente, no se puede compartir el dinero que antes no se ha ganado. Lo importante es compartir algo del propio caudal y, en este menester, todos, absolutamente todos, somos millonarios. La cuestión se reduce, pues, a estar dispuestos a desprenderse de algo “propio” en beneficio de los compañeros, de una “familia” cuyos lazos deberían ser incluso mucho más fuertes que los de las “familias mafiosas”, alimentados estos por la rapiña y el despojo, mientras aquellos se nutren de sano compañerismo y buen rollo.

Tal es la palabra, el sentir y el deseo de quien participó, aunque solo fuera como convidado de piedra o jarrón chino, en los prolegómenos de este blog (reunión con el provincial Carballo y el animador José Antonio, de emotiva memoria, en la Virgen del Camino, a la altura de 2005 o 2006), y que, andando el tiempo, sería rescatado de las cunetas de la vida para su loable causa. Estuve allí de relleno, antes de que este frondoso árbol fuera plantado, y he tenido la fortuna de volver ahora, cuando sus frutos son copiosos. Nada más natural que reaccione como lo he hecho ante la negativa de un amigo a seguir participando en él. Con el derecho que ello me da, no debe extrañar que insista en que lo único importante y su única clave es “compartir”. Lo demás, es decir, que lo haga un genio o que lo hagamos la inmensa mayoría del montón, es lo de menos, aunque contar con no pocos genios, a los que sinceramente venero y cuya cercanía me honra, sea objetivamente una riqueza que a todos nos enriquece y un lujo que a todos nos adorna. 

¡Por Dios, el único verdadero, y por todos los dioses falsos que pululan en nuestras vidas, que nadie de este grupo vuelva a decir y ni siquiera se atreva a pensar que desentona! Desde los arquitectos diseñadores hasta los más amorfos peones y humildes recaderos, todos somos necesarios para seguir construyendo esta obra monumental.

9 comentarios:

Isidro Cicero dijo...

Estás, Ramón, en la misma línea que yo, de animar a los compañeros a intervenir más en este espacio. Fue, si no lo entendí mal, el segundo objetivo del seis del cuatro del 24, el primero fue decirle gracias a Josemari.
Algunas cosas que dices, mi no comprender: "justificados silencios", "silencio vengativo", etc. Tus razones tendrás respetables, seguro. Sí comprender lo de gente del montón, que muchas veces preferimos quedarnos callados en vez de levantar la mano. Sí es cierto, me cuadra, me siento identificado. Creo que nos pase a casi todos: Para lo que vas a decir, ¿no es mejor quedarte callado? Autocríticos, autocontenidos, lo somos todos. O casi. Pero, claro, por otro lado está el placer de leer lo que te cuenta el otro, sea lo que sea y la necesidad de provocar a que te cuenten.
Se te nota, Ramón, el estilo columnista, opinador, te voy a seguir en Religión Digital, pese a que sea esa materia oblicua para mí. Si el blog fuera hablado, serías un gran tertuliano.
Practiqué también el columnismo y eso. Años. Aquí, creo que nunca, espero: me he limitado, eso pienso, al breve relato, a la modesta anecdota.
En 18 años que llevamos suscritos, enviciados, el blog es como leer el Diario, participando ad libitum, no en plantilla. Cuando uno cree que tiene algo que pueda diverti, levanta el dedo, y así. Si no, para qué.

Lo de "debemos", "habría que", "sería un error", "es justo que", o "sería fatal", propio de columnistas sesudos, yo lo evito, porque qué sabe uno. El columnismo, tú sí lo practicas y te mojas
opinas.Y lo haces muy bien.
Yo si tuviera entre manos por ejemplo, un "silencio vengativo", cogería y haría con ese argumento tan fuerte un modesto y si fuera capaz, un divertido cuento.

RAMON HERNÁNDEZ MARTÍN dijo...

Francamente, me abrumas, Isidro, por la atención y el tiempo que me dedicas sobre esta entrada, escrita como reacción primaria al mensaje de un amigo “arrugado” frente al blog. Pienso que las “reacciones primarias” son las más hermosas porque, si te paras a analizarlas, seguro que les salden o al menos les ves arrugas. Por eso, cuando leo algo que me toca y provoca, lo suelto, y luego que el sol, si ha de salir, que salga por donde pueda o quiera, si es que puede querer algo.
Lo de silencios justificados y vengativos tiene mucho que ver con el blog y mi “afiliación” a él. Afortunadamente para ti, veo que no lo recuerdas y eso es muy de agradecer. Hubo un momento, seguramente propiciado por alguna alergia o algún dolor de muelas, en que se tergiversó mi intención y se afeó mi proceder y yo escribí sobre agua o viento, porque a eso se reducen todos mis rencores y vendettas, aquel “hasta siempre, amigos”. Era la “justificación”, pues uno no debe estar donde no se le quiere. Pero hete aquí que nuestro sabio y atinado Furriel, aprovechando lo del Pisuerga y Valladolid, volvió a injertarme en él, en el blog, con mano diestra, conociendo seguramente el terreno que pisaba, con lo que me demostró que mi pretendida justificación era “vengativa” y, por tanto, insostenible.
Te revelaré sucintamente mi particular devoción a la Virgen del Camino. No poco tirón fue que el P. Segis, por quien siempre sentí admiración y afecto, hubiera pasado sus últimos años de vida allí y allí hubiera muerto. En la más absoluta desolación dominicana que sufrí en los últimos meses de 1970, me refugié quince días en la Virgen del Camino, enclave que todavía no conocía, al abrigo y amparo de mi buen amigo Miguel Iribertegui. Luego pasaron los años y mis amigos Valentín Tascón y JL Suárez me arrastraron materialmente al homenaje tributado a Pedro Rey en Vegaquemada, día de gratísima memoria, entre otras cosas, por haber conocido a Alberto, lo que me aproximó mucho al grupo del blog. Si a todo eso se añaden los encuentros cursarios celebrados en la Virgen del Camino y los sentimientos compartidos con amigos y compañeros, tales como Lorenzo Pascua, Dacio, Emilio Rodríguez y Eugenio Martínez (Coné), que allí alcanzaron su plenitud, nada tiene de particular que contemple hoy este blog nuestro nada menos que como la “construcción virtual” de un nuevo hermoso Santuario e invite a todos sus seguidores a aportar su granito de arena.
Gracias, una vez más, isidro. Tu humildad (“porque qué sabe uno”) te honra igual que mi osadía a mí me lanza a la hoguera. Es una forma de ser, la del “columnista” comprometido (¡ya quisiera yo parecerme siquiera a esa figura!), que es también una forma de vida. Es justo lo que he hecho a lo largo de los años en la docena de asociaciones y ONGs con las que he colaborado a fondo. Me produciría sarpullidos estar en algún lugar solo para hacer número o figurar.
Disculpa, amigo, esta perorata, tú y todos los demás, escrita con la más pura intención de seguir despertando o avivando interés por, insisto, el santuario virtual a la Virgen del Camino que entre todos, arquitectos, ingenieros y obreros, estamos construyendo. Imaginemos un bonito verano y que se cumpla.

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDES dijo...

Nos hemos quedado todos un poco "pacmaos", ya no somos capaces ni siquiera de decir maldades. Está claro que aquí nadie es más que nadie, está claro que cada cual dice lo que quiere y/o lo que puede, está claro que unos escriben como los ángeles y otros como aprendices, y ¿Qué? Yo entiendo esto como un lugar que sirve como hilo conductor para mantener vivos aquellos años, muchos, que están a punto de borrarse de la memoria y, una vez que se borran, es difícil recuperar. Las vivencias de aquellos años no fueron todas de gran calado, fueron vivencias normales de vidas normales, por eso ahora no deberíamos tener complejos como que si no escribo mucho y bonito estoy haciendo el ridículo. Haríais el ridículo si os empeñarais en hablar del P. Arintero, eso es privilegio sólo de uno o ninguno, pero no lo hacemos si contamos que los de la promocionona son más altos, más guapos y más listos que los de las promocioninas,las cosas por su nombre. Esto es un ejemplo de que se pueden decir tonterías sin que pase nada. Sé que en estos momentos alguno está diciendo aquello de: ya está ese con sus pichichorradicas, ¿Yyy? Ponte tú y escribe sobre el verbo divino, como lo haría
Baldo, y logra que los demás no apaguen el móvil. No me acuerdo de qué quería decir, ah sí, coño, que escribamos y que cada cual diga lo que le dé la gana pero sin molestar mucho.
Abrazos, que son baratos.

Ramón Hernández dijo...

Amigo JM, la verdad sea dicha, lo cierto es que, mirando para el techo o al suelo, para detrás o para adelante, para la derecha o para la izquierda, e incluso con los ojos vendados, siempre das fuerte en el clavo, nunca fallas, y lo clavas de tal manera que no hay quien lo arranque ni siquiera con las tenazas del silencio o del no hacer aprecio. Gracias, amigo. Quien tiene un tesoro, tiene un tesoro, lo mismo en este blog que en la Casa del Dago, tan rejuvenecida estos últimos tiempos por tu presencia juvenil y jocosa y por la sonrisa perenne del abuelo del grupo, el entrañable amigo "Trubia", que ya acaricia el nueve, convertido en maestro intelectual del rito gastronómico y en animador incondicional de las neuronas de Baldo, a quien a veces obliga a emplearse a fondo para escapar de los laberintos en que trata de encerrarlo. En fin, ya lo he dicho y repetido hasta la saciedad: si el santuario de piedra, madera, hierro y vidrio de la Virgen del Camino nos encandila y emociona a todos, no debería hacerlo menos este otro santuario del blog, santuario vivo porque se construye con palabras, recuerdos y emociones. Siempre será un sanísimo orgullo haber aportado a esta magna y ejemplar obra humana aunque solo sea una palabra, una frase, un recuerdo, una humorada, una oración, una pincelada celestial o incluso un canto angelical. De veras, ¿hay entre nosotros alguien que no tenga siquiera el óbolo de la viuda del Evangelio para depositar en este cesto?

J.L. Suárez dijo...

La verdad es que no puedo competir con la"chispa" de El Pitu,sí con la belleza de mi pueblo:
Tiene Piñera sol,
aunque no de Casorvía;
tiene caminos de encuentro
aunque no tenga la vía;
tiene pitos de caleya,
no los que en el aire pían.
En Piñera hay "fayuelas",
"casadiechas" exquisitas,
y xente trabayaora
y no un nial de cuentistas.
Tampoco puedo competir conn la "torrentera" de Ramón. Sí voy a proponer algunas "cuestiúnculas" como examen para los que aquí se asomen:
- ¿Alguno recuerda haber ido conmigo a recoger manzanas en una pomarada de Puente de los Fierros para los alumnos de la Virgen?
-Alguno recuerda el sabroso menú elaborado por mis tías, Luz y Cándida en Lastres y Villamanin?
-¿Alguno recuerda el excelente Rape (pixín) pescado con mi amigo Julio en el pesquero "Colarín".de Lastres?
- ¿Alguno recuerda mís largos paseos con Barrigón y Vallina hablando de todo lo divino y humano mientras el resto hacían deporte?
¿Alguno recuerda por qué me llamaban "fray Sonrisa?
Et ita porro: per ende pa lante
El "bien decir" ha quedado en el tintero.
Perdonad mi intervención deshilachada.. Ya chocheo...

J.L. Suárez dijo...

El barco de pesca de Julio era El Çoralín

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS dijo...

A ver, D. José Luis y me quedo corto, mientes como uno de Piñera de Riba, decir que chocheas, así sin más, está fuera de lugar. Es verdad que los de Piñera Baxo nunca fueron tan avispados como los de la Aldeona pero de eso a lo otro hay un algo. También mientes, y de forma grave, cuando ensalzas a tu puebliquín por encima de mi GRAN Pueblo, no podéis competir en casi nada salvo en buen ambiente, unión vecinal y, sobre todo, en buena gente, en eso ganáis por goleada. En lo demás ahí andaremos salvo que por aquí paso Carisio con los romanos y nosotros lo pusimos a la fuga. Me jode reconocer que tienes mucho más arte que yo para jugar con las palabras, lo mío es sujeto, verbo y predicado, por ese orden y poco más. Pero como ves tengo la cara dura de atreverme a intervenir en este nido de sabios escribientes. Procuro aprender de los que saben. Estamos aquí para contarnos historias y vivencias no para hacernos reproches; la vida es bastante jodida como para que nosotros la hagamos peor.
Cambiando de tema, sabes que es época de segar y recoger la hierba, vente pa ca que la ferramienta está preparada, tráete un jamoncín de esos abundantes y buenos gochos que hay por Piñera, de Baxo y de Riba, aquí no hay gochos como los de antes.
Acabado el cupo de tonterías paso a hablaros de la vida interior del P. Arintero. Dice que la vida interior es la de dentro, hay otra, la de afuera, distinta porque está fuera y está mu achuchá. Tardé en entender esta reflexión, gracias a la metafísica que me ensueño Alejandro del Cura, alias el Curón. Conservo los apuntes, si alguno quiere aprender a comprender no dude en pedírmelos previo Bizum.
Un abrazo estilo Gran Aldea.

Ramón Hernández dijo...

Recuerdos entrañables, frescos, vivos, queridísimo amigo JL, ya con 84 tacos encima, años que, mientras van achicando el cuerpo, agrandan (a la vista está) la mente. Si por "chochear" entendemos agilizar la mente y pulir los sentimientos, me apunto, en curso acelerado, a un máster en esa materia. En Piñera Baxo sembré afectos y en Lagostinos, al ladito de Casorvía, engullí buenas viendas en compañía del del hokey (padre Valdés) y la familia de mis consuegros. Como jurado advenedizo, es decir, con el mismo derecho con que formo parte de este blog, diré que todos esos pueblos son espectaculares bellezas de la Cantábrica, pero no tanto por sus deslumbrantes panorámicas como por la prestancia de sus gentes sencillas y bien plantás en las laderas de la vida. Para probar esta tesis (Isidro os ha descubierto que disparo directo a la llaga), ahí está el enorme amor que JM y JL se profesan abiertamente en público y la DANA de vitalidad que ambos descargan en este muelle nuestro. Gracias, grandotes y grandísimos especímenes de lo mejor y más sabroso de la humana condición.

Ramón Hernández dijo...

¿En qué estaría yo pensando cuando he escrito "Langostinos" (más exactamente, Lagostinos) cuando quería referirme a Congostinas? Desde luego, el subconsciente me traiciona, aunque, para decir la verdad, no veo la forma de poner un candado en la boca para que la felicidad no me maltrate tanto con su famosa "curva", ¡ajajá!

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