jueves, 29 de febrero de 2024

NANAINAS Y TURURÚ (Por Pedro G. Trapillo)


DIARIO DE LEÓN 28-2-2024


Hoy recibirá el papa Francisco al arzobispo de Valladolid con la comisión «pro beatificación de Isabel la Católica» que ruega retomar la causa interrumpida buscando llevar a los altares a quien patrocinó el descubrimiento, conquista y colonizacion de América, peliaguda circunstancia. El empeño de beatificar, primero, y canonizar a la más famosa reina española jamás habría sido posible sin el pertinaz empeño de un leonés, Pablo Díez, Don Pablo, creador del imperio Corona, la cerveza mejicana que ya es la número uno de las 450 extranjeras que importa Estados Unidos. Su obstinada devoción por la Católica y su plan evangelizador llevó a este paisano a dotar millonariamente y sine die este proceso iniciado ya en 1972, justo al morir él, y que por manda testamentaria siguió dotando generosamente su sucesor, Antonino Fernández, incluso después de que en 1993 Juan Pablo II viera necesario «un nuevo tiempo de estudio y reflexión» (o sea, ¡al cajón bendito!, carpetazo), tras advertirle el arzobispo de París de las graves consecuencias que tendría su beatificación en la comunidad hebrea por la persecución y expulsiones que la reina Isabel decretó contra los judíos. Así que el sueño de los injustos cayó sobre los mamotretos de comisiones, estudios, alegatos y alabanzas.

Junto a un centenar de devotos de España y América, ¡y 30 años después!, la comisión entrega hoy al papa las actas del congreso que en 2018 se celebró en Valladolid sobre « La reina Isabel y la evangelización de América ». Y a ver si por estas Roma abandona sus sorderas y reabre causa. 

Pero no pinta nada bien. 

Por primera vez en su historia la Iglesia católica tiene papa americano y se le supone muy sensible con una colonización controvertida más que nunca en un continente que derriba las estatuas de esta reina igual que las de fray Junípero Serra, conquistadores y egregios hispanos. Les recibirá con sonrisa, claro, pero la diplomacia vaticana le aconsejará nanainas y tururú. ¿Y después? La comisión persistirá en su empeño. Fue voluntad de Don Pablo. Y lo mejor, hay dinero. Qué bien. O sea, mejor.

3 comentarios:

Ramón Hernández dijo...

Iluso de mí, confío en que pronto no sea necesario "canonizar" a nadie porque, a fin de cuentas y a pesar de ser a veces tan sádicamente crueles, todos somos en el fondo unos benditos y santos. Lo dicho justifica mi más absoluta indiferencia sobre la cuestión. No obstante, ojalá pudiéramos hacer "historia ficción" e imaginar una América (¡vaya uno a saber cómo se llamaría en ese supuesto todo ese gran continente!), cuya conquista, realizada solo por vikingos, hubiera comenzado por el norte hasta llegar a la Patagonia, y que los españoles se hubiera dormido por completo en los laureles de la "reconquista española". Desde luego, quienes hoy protestan y maldicen la supuesta "colonización española" ni siquiera hubieran podido hacerlo por no darse las coordenadas del ADN que los conforma. En fin, ganas de perder el tiempo y de marear la perdiz, mientras nos estamos dejando comer la merienda por tanto desaprensivo y maleante como se exhibe por ahí. No cabe duda de que "hay gente pa to". Yendo a lo positivo, hoy los asturianos no dejaremos comer la merienda, pues, por ser primer viernes de mes, nos toca comida-tertulia en la Casa del Dago y esta vez irrumpirán en ella, apadrinados por Baldo como dos primaveras, El Pitu de Casorvida y José Luis Garzo. ¡Eso sí que es celebrar y canonizar!

Ramón Hernández dijo...

Dos pequeñas correcciones innecesarias para buenos lectores: "los españoles se hubieran dormido" (línea 5) y "hoy los asturianos no nos dejaremos" (línea 9).

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS dijo...

Por alusiones, agradezco/mos la invitación del grupo de Ramón a esa comida mensual. Fuimos y nos "prestó" cantidad, por la comida y, sobre todo, por la compañía. La comida: pote asturiano
(patatas con berzas ecológicas + tocín + morciella + chorizu) y 2 cachopos de aprox. 30 x 20. + Arroz con leche et alteri; nos declaramos todos paganos y pagamos, claro está, 15€ por barba. En cuanto a la compañía, a ver si recuerdo nombres: Ramón
(el mudo en escritura), Vicente, Antonino, Vespertino, Baldo, Garzo y el que suscribe y escribe. Comida tranquila, nada silenciosa pero educada para cedernos la palabra. Hablamos de lo divino y de lo humano: del papa y la homosexualidad, de los curas que rezan por ese papa "tan avanzado", de la misa dominical, del P. Ricardo y la confesión, de nuevos encuentros et alteri. No fue mal la cosa cuando decidimos reencontrarnos. Vuelvo a decir que antes de abandonar nos declaramos todos paganos. Gracias, Ramón, a tí y al grupo.
Abrazos sabrosos.

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