domingo, 2 de julio de 2023

FALLECE SANTOS SUÁREZ SÁNCHEZ

Santos Suárez Sánchez

 

PALABRAS
A la muerte de Santos Suárez Sánchez

Fuimos compañeros de colegio, de lo cual nos ha quedado un vago y agradable recuerdo. Cuarenta años después nos hicimos amigos y el recuerdo se ha hecho inolvidable.

Querido Santos:

Hay días que vienen marcados por las malas noticias. Y hoy es uno de ellos. Con una voz temblorosa, la noticia me la dio tu mujer, Socorro, a quien tuve el gusto de conocer en el restaurante Minarete de Villajoyosa, donde comimos juntos un día. Luego nos trasladamos a mi casa donde pasamos una deliciosa tarde entre cafés y palabras. Muchas palabras. De hecho, a partir de ese día, las palabras fueron el aglutinante de nuestra futura relación, que, en algunos momentos fue abundante e intensa. Palabras por email, por teléfono, por WhatsApp… 

Por uno de estos medios, una vez me dijiste lo siguiente: “Algún clásico afirma que las palabras son más peligrosas que las balas. Yo guardé algunas balas del Cetme mientras iba haciendo la mili, pero acabé tirándolas todas cuando me hice pacifista. Ahora solo me quedan palabras para enviar”. Y debo decir que a mí me las enviabas con profusión y generosidad. Con palabras fueron construidos los elogios que tenías siempre a mano para dedicar a mis poemas y a mis libros. Por cierto, me enternecía ese propósito tuyo de tener todos mis libros en tus estanterías. Dedicados, por supuesto, porque tú le dabas mucho valor a las dedicatorias.

 ¿Cuántos libros míos hay en tu biblioteca? Creo que 25. ¡Qué barbaridad! Yo, que soy un buen lector, no tengo 25 libros de nadie. Ni siquiera de Borges, que es uno de mis escritores más admirados. Sin embargo, sufrías porque te faltaba uno de ellos: Tierra conmovida, ese que nunca te pude conseguir… ¡Maldita sea! Merecías que te hubiera dado el único ejemplar que me tengo. Pero te fuiste sin él ¡Qué pena! 

Por último, quiero destacar tu empeño innegociable de pagar religiosamente los libros. Solo conseguí regalarte dos y para ello tuve que recurrir a la súplica y al enfado.  De manera que, por mucho que te agradezca las adquisiciones, nunca será bastante el agradecimiento. Quede aquí escrito.

Otras cosas que quiero señalar y/o agradecerte:

Un día, aprovechando un viaje a Muelas de los Caballeros, mi pueblo y el tuyo, convoqué en León una reunión de antiguos alumnos del colegio. Tú no solo estuviste en ella, sino que te deshiciste en atenciones conmigo. Me acompañaste en todo momento, me llevaste en tu coche hasta el restaurante donde habíamos concertado la comida, y estuviste conmigo hasta las últimas bocanadas de la tarde. Bien presente lo tengo.

En el pasado mes de marzo, me felicitaste el cumpleaños de este modo tan irónico y original: “Como sigas cumpliendo años te vas a hacer mayor y no estarás en condiciones de apagar los fuegos de la Sierra de la Culebra”. Y en un cumple anterior, me espetaste: “Cumplir años es lo único que se ha inventado para llegar a viejo”. Debo decirte que las dos cosas son ciertas.

En un intercambio de opiniones, yo te comenté en un WhatsApp: Hola, Santos: la verdad es que siguen corriendo malos tiempos para la lírica, pero no por eso la lírica está muerta. Las rosas seguirán naciendo, aunque sea en el estiércol. Y tú me contestaste: “No creo que sean malos tiempos para la lírica. Creo que son malos tiempos para los que no la comprenden ni la aman. Para los que Amor es lo mismo que Roma, pero al revés. Para los que confunden la magnesia con la gimnasia. Es transitorio. La belleza es eterna. Y las rosas son hermosas aun cuando sus pétalos se lleguen a marchitar. A pesar de todas las maldades del mundo, yo sigo pensando, como tú, que “El futuro está en las rosas”.

Tu libro “El árbol abatido” (que trata sobre la muerte de Pablo, el padre de Martina) me ha puesto los pelos de punta y el alma encogida. No me vuelvas a hacer llorar. Tengo un hijo (Moisés) que nació el mismo año que Pablo: 1976. Moisés tiene una hija (Laura), con 9 años, que nació el mismo año que Martina: 2012. Y tiene otro hijo (Pablo) que nació en el 2009. Gracias por la ternura. 

Amigo Santos: 

Ya no usarás el teléfono, ni el email, ni el WhatsApp para comunicarte conmigo. Pero sé que la comunicación está abierta entre nosotros por las vías incorpóreas e interminables del espacio. La poesía es ingrávida y va más allá de las estrellas, donde tú estarás a partir de ahora. Allí te enviaré mi próximo libro, que está al caer.  Y ya no podrás pagármelo con moneda corriente porque en el cielo el dinero no vale para nada. De modo que tendrás que aceptarlo como regalo. Irá con la siguiente dedicatoria: “Para mi amigo Santos Suárez Sánchez, que amó la poesía en la tierra y la seguirá amando en el cielo; que supo corresponder a la amistad y que prefirió las palabras a las balas”.

Desde este rincón de Villajoyosa llamado Montiboli, en el que tú estuviste toda una tarde compartiendo la amistad y la palabra, tiendo mi mano hacia arriba para estrechar la tuya. Ambos sabemos que “La mano fue el juramento de la sangre para sellar la palabra. El corazón un testigo insobornable. La garantía era el alma”. Así seguirá siendo entre aquellos que, al igual que nosotros, tienen como guía la honestidad y la belleza. 

Te mando un abrazo triste, con la esperanza de que te llene de alegría.

 
Tu amigo Mariano Estrada. 

Villajoyosa, 30-06-2023 

Lamento mucho el tener que informaros de tan tristes noticias.

DESCANSA EN PAZ, BUEN AMIGO.

el furriel.

9 comentarios:

Fernando Alonso Diez dijo...

EN RECUERDO DE LOS QUE SE NOS HAN IDO

La Torre del Camino

Enrique, buen amigo,
está la primavera ya meciendo
con su cálida brisa
tras las crudas heladas de este invierno
aquellos arbolillos que crecían
con nosotros también al mismo tiempo?

¿Has vuelto al Santuario?,
¿has podido escuchar, al menos, ecos
de los bellos motetes de Victoria,
Palestrina, Morales o Guerrero;
o del doliente canto
de Pasión en la voz grave de Pedro?

Cuando sea propicio a tus andares,
querido compañero,
vuelve de nuevo al templo aquel y dinos
si aún se inhalan dentro
penetrantes aromas de madera
y perfumado incienso.
Dinos también si el sol arrebolado
del ocaso se vuelve a quedar preso
en aquellas polícromas vidrieras
del coro, hoy vacío y en silencio.

Enrique, buen amigo,
¿has podido acercarte con sosiego
a los campos de juegos infantiles
que en el lejano ayer fueron tan nuestros?

Aquellas densas brumas
que nos hacían tristes los inviernos
ahora, en marzo ya, ¿se han disipado?
¿se puede ver ya el puro azul del cielo
y el sol desparramado
inconteniblemente por el suelo?

En las fechas que estamos,
alejados los fríos de febrero,
¿estarán florecidos
de nuevo un año más nuestros cerezos?

Pienso en los arbolillos, las catalpas
del amigo Vibot ¿qué ha sido de ellos?
¿Volverán a hacer nido
en sus frondosas ramas los jilgueros?

Y en pequeño valle
camino de Quintana de Raneros
¿seguirá habiendo chopos como entonces?
¿sus yemas estarán ya en desperezo?

Enrique, buen amigo, si pudieras
haznos una vez más de reportero.
Una tarde apacible como aquellas
date un largo paseo
por todos esos campos tan soñados
y danos con tu móvil fe de ellos.

Y a la vuelta si puedes trae contigo
un ramo de tomillo o de espliego
y déjalo a la base de esa torre
en recuerdo de los que se nos fueron.
Santos Suárez


La ausencia de Santos me hizo recordar estos preciosos versos suyos pidiendo por favor a Enrique que recogiera flores en el Valle de Quintana para depositarlos en La Torre del Camino en recuerdo de los que se han ido.
Enrique me sumo a sus deseos y te acompañaré gustoso y dolorido a recoger un ramo de tomillo o espliego en su recuerdo y en el recuerdo de los que se nos fueron.

Oscar Fernåndez dijo...

Mariano, gracias por tu precioso y sentido "in memoriam".
Mis condolencias a su esposa Socorro y familia.

Antonio Argueso dijo...

Qué bella, dulce, delicada semblanza, Mariano. Gracias y gracias también a ti, Fernando, por haber puesto esos bellísimos recuerdos de Santos Suarez, recuerdos porque todos nosotros lo hemos vivido.

Mi más sentido pésame a su familia en estos tan duros momentos. La estrella de Santos seguro que brilla, como sus poemas, muy intensamente.

RAMON HERNÁNDEZ MARTÍN dijo...

Hay mañanas en las que, de repente, sin más y sin estar preparado, a uno le explota un proyectil delante de la cara en esta guerra de Ucrania en la que vive permanentemente la humanidad y que de hecho es la vida, solo que en el privilegiado mundo de antiguosalumnos se convierte en fuegos artificiales que inundan de luz y color la vida entera. Gracias, Santos, por ser el arsenal; gracias, Mariano y Fernando, por ser los artificieros, mientras, emocionado en la distancia, mis condolencias acompañan a toda la familia de Santos y a toda la familia de antiguosalumnos, mientras del corazón brota una acción de gracias, que ni siquiera necesita palabras, por lo que él fue y por lo que nos deja como legado. Su sola foto trasluce densa y consistente humanidad.

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS dijo...

Alguien dijo que el blog estaba quedando para publicar "pésames" y "enhorabuenas", ya hay constancia de ello. La pena es que dominan más los primeros que las segundas y, lo peor aún, es que la proporción irá in crescendo, ya estamos mucho más allá de "in media vita sumus".
Escrito precioso y sentido el de Mariano.
Pues sea: Mi más sentido pésame a la familia de Santos y a todos sus colegas y amigos; DEP.

Luis Carrizo dijo...

En esa tierra donde has muerto y ya descansas, admirado y muy estimado Santos, suele escucharse con frecuencia la expresión "líbreme Dios del día de las alabanzas" (tú seguro que hubieras dicho nenias porque tiene mejor rima, lo sé). Yo no quiero dejar de expresar las mías, aunque voy a ser breve: me has dejado siempre, Santos Suárez, a través de tus bien medidos versos, el regusto de persona afable, sensible, mansa y limpia de corazón. Espero de corazón que se cumplan las promesas que se os hacen en las Bienaventuranzas a las personas como tú.
Mis condolencias para tu familia y amigos, entre los que me cuento.

Marcelino Iglesias dijo...


Mis condolencias a esposa e hijos de Santos, compañero de curso, y mi admiración por su emotivo poema, tan intensamente machadiano. Gracias también a Mariano Estrada por sus sentidas palabras en recuerdo de quien también ya se nos ha ido.

Jesús M García Marcos dijo...

Buenos días, siento mucha pena por el fallecimiento de quien fue el
compañero asignado cuando llegué al Colegio en el 64. Siempre estuvo pendiente de mí con mucho cariño los años que coincidimos en el Colegio.
Nos volvimos a ver en el reencuentro.
Mii más sentido pésame a toda su familia.
Jesús María Garcia Marcos

Vibot dijo...

Querido Santos...llegamos a Las Caldas con 16 años. ¡Qué tiempo alucinado aquel, qué sinvivir viviendo sin saber lo que vivíamos! Entre tanta belleza abrumadora.
Eras de los pequeños, sólo pocos meses tenías más que yo. Nadie nos dijo entonces que la vida nos juntaría tanto y nos separaría después por tantos años. El recuerdo de aquellos montes tan embriagadoramente aromados de abismos estará por siempre y siempre en mi memoria unido a ti, que me quisiste tanto y que, después de tantos años, me lo volviste a decir. Y a demostrar en encendidas palabras y delicado y generoso trato.
Todo aquello y todo esto tan cercano me tiene el corazón atenazado de una melancolía inconsolable. Te siento aquí a mi lado mientras te escribo esto...tu mirada que dice tantas cosas.

Y canta una cigarra en un árbol cercano.
Aunque es de noche.

¿¡Te volveré a encontrar alguna vez!?

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