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9 comentarios:
En consonancia con el humor de la viñeta y sin ánimo (¡Dios me libre!) de restarle ni un ápice al extraordinario valor artístico del actual Santuario, os diré que, en cierta ocasión, tuve la osadía, estando frente al mismo Santuario, de insinuarle a Isidro Cicero que era una pena que, en consonancia con las últimas tendencias de la Teología, el Santuario se hubiera construido partiendo de la idea o imagen de un "sepulcro", remedo de muerte, en vez de hacerlo de la idea de resurrección. Tuve la impresión de que él ni siquiera escuchó semejante bobada e hizo bien. Ya sé que la cruz es el signo cristiano y que el Santo Sepulcro de Jerusalén es, sin duda, el templo más emblemático de la cristiandad, y que el Infierno es la mayor fuerza catequética para ahormar las conductas de los remolones, pero resulta que el Infierno no existe si queremos seguir predicando que Dios es amor, y que tanto la cruz como el sepulcro son meros instrumentos o herramientas de una salvación que consiste en la resurrección. El cristianismo del futuro, de ser, será solo un factor determinante de paz, de perdón, de premio y de gloria, lejos de anatemas, castigos eternos, venganzas y juicios horrorosos de vergüenzas en carne viva. Los Cristos bizantinos en la cruz no reflejan desgarro y dolor, sino paz y beatitud. Afortunadamente, la Virgen del Camino, aun estando su corazón atravesado por siete espadas y siendo o remedando el Santuario un "sepulcro", constituye un excelente recinto para una "oración emotiva y creativa". Por favor, disculpadme que tanta majadería haya invadido mi cabeza esta mañana y, más, tratándose de una viñeta tan llena de ternura. Gracias.
Recuerdo aquella conversación, amigo Ramón, y, si dices que no te contesté, seguro fue no porque tu “insinuación” me pareciera una bobada, sino porque pensaría que no podíamos hacer nada al respecto. ¿Tenían que haberle dado al santuario otra orientación teológica “más actual”? Yo qué sé. A mí me encanta así. Me limito a considerar nuestro santuario una joya extraordinaria, maravillosa, perfecta en su rotundidad conceptual y en su ejecución. Admiro esta joya y la amo tal como sus artífices la hicieron, no le pongo ninguna pega, tampoco a las Meninas, solo deseo que nadie la estropee nunca, que nadie le añada ocurrencias y que, a través del tiempo, muchas personas la degusten como he tenido la oportunidad de hacer yo mismo; que muchas personas se empeñen en descifrar las intenciones estéticas de esta obra de arte y que compartan sus hermenéuticas a otra gente. Por disfrutar haciéndolo y por contribuir también al reconocimiento universal que, a mi juicio, merece.
En cuanto a su mensaje, no sé si le faltará teología, modestamente pienso que no. La idea de Resurrección, que mencionas, no falta: tiene el máximo protagonismo conceptual en el santuario, solo equiparable a la idea de Muerte, su pareja. Una sepultura a la orilla de un camino y señalada con una cruz expresa con absoluta sencillez la segunda, mientras la gran vidriera del poniente expresa, con enorme belleza, la primera.
Un saludo afectuoso, Ramón Hernández.
Gracias, Isidro, por lo que comentas, al tiempo que me felicito por haber provocado tu comentario, que tan bien refleja no solo la valoración que merece el Santuario, sino también tu emocionante propio sentir. También a mí me encanta tal como está y, cuando tengo la suerte de entrar en él o de pasar a su lado, me provoca recogimiento y devoción. El reparo o añoranza que te expuse provenía más bien de mi propio interior atribulado en la lucha que tengo entablada por que desaparezcan definitivamente de la Iglesia de Jesús en la que creo el Infierno y también el Purgatorio, entes imaginarios para arropar carencias teológicas, como lo fue en su día el Limbo, y, especialmente, por que, si de verdad creemos, valoremos la muerte no como un desastre irreparable, sino como un tránsito glorioso de consumación de la vida. Me gustó que en la esquela mortuoria de fray José Antonio Rodríguez alguien tuviera la ocurrencia y la valentía de poner: "murió y resucitó el día....".
Isidro, otro abrazo afectuoso para ti junto con el agradecimiento de que enriquezcas esto como lo estás haciendo.
con todos mis respetos querido Ramon yo no he estudiado teologia me gustaria eso que dices de que el infierno no existe supongo que algun sentido le habras dado a eso poe eso te pido que me lo expliques. Gracias y que Dios te bendiga. Francisco Valero yeguada del 61
Amigo Francisco, siendo lógicos con rigor, si Dios es el Hacedor de todas las cosas y es él quien las sostiene en el ser, a nivel del ser nada puede ser en absoluto malo. El invento de un ángel caído que se vuelve furiosamente "malo" y se empeña en alimentar su reino de maldad con la colaboración de los hombres, no es más que un cuento, claramente infantil, para asustar y meter miedo. ¡Y vaya que si mete miedo eso de "arder eternamente en los infiernos"! Si en este mundo existiera el Infierno, no habría lugar en él para Dios, pues no caben dos Absolutos. El mal está solo en el "contravalor" del que tan sabiamente ha hablado Eladio, es decir en la relación equivocada que establecemos con algún ser que nos hace daño. No hay mal más que de tejado para abajo, de puertas para adentro, en nosotros mismos. Y la vida ya se encarga de cobrarnos buen tributo por ello. ¿Necesitas más Infierno que el de la vida misma? Afortunadamente, nuestro Dios, en el que creemos de alguna manera, es bueno y todo lo que permanece en él, es decir, todo lo existente, es bueno. Si prefieres, te contaré un cuento para no dormir y entonces te hablaré del Infierno. Es lo que siempre han hecho con nosotros para que fuéramos "buenos". Lo han hecho los predicadores, los moralistas y también Jesús y la Biblia, pero afortunadamente no hay ser que pueda ser malo. Te daría muchos más argumentos, desde otros puntos de vista, pero lo dicho debe ser más que sobrado para nuestro propósito de hoy. Y atención, pues, tras lo dicho, no cabe en absoluto aquello de "si no hay Infierno, a pecar como cerdos" porque los pecados (los contravalores) no son inocuos y se pagan.
Ramon, no lo entiendo, creo que me desconciertas.Dios creo a los angeles y a los hombres y mujeres libres y con la capacidad de amar, pero al mismos tiempo por ser libres puedes ambos elegir el camino equivocado. A los dos Dios nos da una prueba asi fue con los angeles y ejerciendo sus virtudes se fueron perfecionando y amando mas a Dios. pero aquellos que se fueron alejando poco a poco de Dios y se fueron centrando en su ego terminaron en la separacion definitiva de Dios y esa muerte espiritual les llevo al infierno (eterna separacion de Dios). Aquellos que iniciaron la revuelta arrastraron consigo a una tercera parte de ellos.Y los hombres y mujeres que somos materia y espiritu (alma) tambien Dios nos ha puesto en prueba en el mundo en que vivimos y libremente eligimos amarle o no amarle y por eso tenemos que ejercer las virtudes para poder amarle cada vez mejor, es verdad que nosotros al no ser espiritus puros Dios nos da mientras estemos aqui infinitas oportunidades para volver a EL- Pero si no existe el infierno, tsanpoco existen los demonios entonces por que se encarno el Verbo Divino, que necesidad tenia de encarnarse sino hay seres malos. Realmente amigo Ramon no acabo de entenderte. Que Dios te bendiga.
Amigo Francisco: todo parte de que, con buena fe y dócil corazón, confesamos que Dios nos ha creado y nos mantiene en el ser; de que cuanto existe, existe por él, permanece en él y terminará en él. Al final, según esa misma fe, él lo será todo en todos. Sí, ciertamente nos ha dado la libertad, pero con ella no llegamos más allá de entablar "relaciones con los seres" que serán "valiosas", constructivas, o "disvaliosas", destructivas, al decir de Eladio. Los ángeles, los ángeles caídos o demonios, el Paraíso Terrenal, la primera pareja (Adán y Eva), la redención como sacrificio cruento, el Seno de Abraham, el Infierno, el Purgatorio y el Limbo no son más que "constructos teológicos" para explicarse, de forma cruel y sádica (algunos teólogos y predicadores merecerían por ello la cárcel como maltratadores psicológicos) algo tan sencillo y asequible como lo que acabo de decir: que los humanos establecemos con los seres relaciones valiosas o disvaliosas (beneficiosas o dañinas, buenas o malas, para que se entienda mejor). El Dios que se nos ha predicado es un Dios antropomorfo, que unas veces es el mejor de los hombres (el padre más cariñoso y paciente) y, otras, un ogro despiadado o un verdugo sin atisbo de piedad alguna, como cuando es capaz de condenar a un pobre hombre, que realmente no sabe lo que hace cuando se equivoca y "peca", pero no a cadena perpetua (cosa que repugna incluso a la débil mente humana), sino a "tormento eterno", castigo que no sería capaz de infligir ni el más despiadado y cruel de los hombres. ¡Qué Dios más horrible y deleznable!, y, sin embargo, lo hemos predicado y lo seguimos predicando. ¿Jesús de Nazaret? Para mí, en concreto, es muchísimo más que redentor e hijo óntico o natural de Dios, consubstancial a él (?), pues es mi hermano mayor, mi amigo y el más acabado de los modelos de humanidad. El título del post que publicaré en mi blog el próximo domingo será: "No me importaría ir al Infierno... si existiera". Si de verdad existiera, por una obvia razón metafísica derivada del mismo hecho de existir, Dios estaría en él, y, claro está, si donde Dios está es el Cielo, el Infierno sería Cielo. Párate a pensar un segundo que eso que decimos habitualmente, sin reflexión crítica y como quien oye llover, de que el pecador da la espalda a Dios y de que el Infierno es la total ausencia de Dios, es un "imposible metafísico", pues nada permanece en el ser de espaldas a Dios y nada puede existir fuera de su órbita. En absoluto necesitamos el Demonio, el Pecado Original y la Redención para explicarnos el mal en el mundo, cosa que se explica diáfanamente con los valores-contravalores de Eladio; ni tampoco necesitamos el Infierno para castigar a los malos, pues ya los castiga como es debido la vida. Y claro, si no necesitamos nada de eso, mucho menos el Purgatorio, el Limbo (que ya fue abolido en un acto teológico de BXVI que fue considerado como genial, ¡qué tontería!), ni el Seno de Abraham. Tampoco necesitamos un Dante (salvo como literato) que fabule sobre el más allá, aunque no tanto como han hecho y siguen haciendo los teólogos y los predicadores, pues el cambio de vida que produce la muerte es tan radical que nos queda otra que fiarnos totalmente del fabuloso Dios en quien creemos.
Un fuerte abrazo, Francisco, y a librarse de fantasmas y divertirse con los "muñecos de cartón piedra" (el Diablo, en cuanto se supone que es y alcanza, es uno de ellos)
En la tercera línea por el final de mi comentario anterior, obviamente el "nos queda otra" es "no nos queda otra". Gracias por leerlo bien.
Ramon empeze diciendote que me habias desconcertado pero ahora despues de haber meditado el analisis que me has hecho tengo que decirte que me has desconcertado a la enesima potencia, lo siento.Claro que Jesus contaba cuentos, parabolas etc pero hombre, no para dormir ni anestesiarnos sino para sacar las conclusiones necesarias para que nuestra vida fuera por donde tiene que ir.Si no hay un ser que pueda ser malo entonces como podemos entender lo de los distintos holocaustos que a lo largo de la historia se han llevado a cabo y aqdemas que podria hacer Dios con una persona que le dijera : mira Señor yo no quiero saber nada de ti, olvidame , que puede ser el caso de todas esas personas que han podido hacer tanto daño y que han justificado todo eso.A Cicero le comentabas que tienes entablada una lucha para que desaparezcan de la Iglesia de Jesus el purgatorio, infierno etc... ¿ te has parado a pensar que a lo mejor puedes estar equivocado ? Ramon pidamos al Espiritu Santo que nos ilumine y nod de el discernimiento y la sabiduria necesaria para aclarar todo esto y asi segun tu desaparezcan los fantasmas.Que Dios te bendiga.
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