jueves, 7 de septiembre de 2023

HA FALLECIDO JOSÉ ANTONIO (Por Carlos Tejo)

Por Oviedo, deambulando por los alrededores de la parroquia de Santo Domingo, se fueron concentrando poco a poco muchos feligreses y amigos de José Antonio. De sus antiguos compañeros yo llegué el primero, y visité la Capilla ardiente donde reposaba José Antonio, de cuerpo presente, y os sentí, amigos todos, cercanos en mi oración. 


Apareció Julio Correas y sin pensarlo dos veces se dirigió a quien podía mandar algo en aquel momento para decirle que los antiguos compañeros queríamos cantarle al final de la ceremonia el "Adiós Madre de mi vida". Salió de mala uva nuestro Julito, con una negativa por respuesta. Que si ya estaba todo organizado y previsto (coro parroquial incluido) que si venía el arzobispo...


Fueron llegando Baldo y sra. Pepín Gómez y sra. Parece que estoy narrando unos "ecos de sociedad" pero no es así pues a cada llegada de uno de los nuestros se multiplicaban los abrazos, incluido el de mi cuñada, Arancha, que había estado con José Antonio felicitándolo por su cumpleaños, hacía poco. Y de Gijón fueron llegado José Manuel Valdés "Pitu" o Chusín Fresno. Malvárez ya andaba por Oviedo y José Manuel Arango no quiso faltar a la despedida de nuestro amigo, así como José Ángel García González, asesor y casi confidente de José Antonio y el bueno de Santiago Alfayate.


Y la iglesia se llenó, pasillos y entrada exterior incluidos. más de 50 sacerdotes concelebraron con el arzobispo de Oviedo la misa funeral. Mucha emoción, por descontado, y una sorpresa final, antes de que el arzobispo despidiera la misa, el padre RoRo, como es conocido en Santo Domingo, llama a Julito Correas por megafonía para que, junto con los compañeros de la Virgen del Camino cantáramos el cántico ADIÓS MADRE DE MI VIDA. Pero Julito que no aparece. Yo estaba con Santiago Alfayate en una capilla lateral y Julito se había quedado atrás con Fresno y alguno más, taponados por tanta gente, sin poder acceder a la cabecera, donde nos estaban invitado para rodear el féretro y cantarle a José Antonio su despedida.

Me adelanto solo y fueron llegado Malvárez, Arango y José Ángel, y ya los cuatro, pegados al féretro, entonamos el ADIOS MADRE DE MI VIDA. Al fondo de la iglesia, se oía cantar al grupo de Julito Correas, en un eco envolvente de delante hacia atrás, que emocionó a mucha gente.


Y así despedimos al buen pJosé Antonio, siendo testigos de lo mucho que era querido en Oviedo, sabiendo que, también por mucho otros lugares, había ido regando y cosechando amigos, como lo fuimos todos nosotros.

Carlos Tejo


compañeros del curso del 61, pasado encuentro en Oviedo.
(Oscarín, Fresno, Fueyo, Herreño, Cascajares, Alfayate, Iturgáiz, José Angel, Correas, Cortés y JoséAntonio) 





5 comentarios:

Luis Heredia dijo...

Tejín, los comentarios a tu preciosa, cariñosa y divina, tratándose del lugar y de quien nos despedíamos, los llevamos en el corazón.
Ay, José Antonio!, Hermanín, Con todo lo que aún te quedaba por hacer….
Te quisimos, te amamos, como tú te expresabas con nosotros.

Nacho Grijalbo dijo...

Muy buenos días, soy Nacho Grijalbo, antiguo colegial del Santo Tomás de Aquino, y fiel amigo de José Antonio desde que nos conocimos allá por 1991.

Solo quiero trasladaros mi más sincero y dolido pésame por la pérdida tan grande que la marcha de José Antonio deja en toda vuestra tan querida comunidad Dominica, entre sus familiares y en mi propia vida.

Lo único que puedo hacer es darle cada día gracias a Dios por haberle permitido ser una parte tan fundamental de mi vida durante todos estos años y por haber estado siempre a mi lado, en los momentos buenos y en los no tan buenos que todos sufrimos.

Especialmente te doy gracias Dios mío, porque tu sabes mejor que nadie lo que haces, cómo lo haces y por qué lo haces, y esto me permitió poder este año acercarme de nuevo a Oviedo y compartir, breves pero intensos y maravillosos momentos con José Antonio, del cual mi familia y yo nos pudimos despedir el pasado 21 de Agosto.

En mi ultimo abrazo hasta estrujarlo, solo le pedí al oido dos cosas, que no pasara tanto tiempo sin volver a vernos y que no dejásemos de hablar más a menudo.

Desgraciadamente es algo que ya no podremos volver a hacer, pero igualmente estoy convencido de que siempre estará a nuestro lado en cada momento en nuestras vidas, hasta que Dios nos llame igualmente a su lado y podamos disfrutar de la comunión permanente en su amor infinito.

Siempre juntos, a pesar de la distancia, siempre en común-unión.

Cuando me enseñaste maestro!. Ayúdame a ponerlo ahora en práctica y continuar tu labor!.

Un abrazo fraterno enorme a todos lo que lo amamos.

Con respeto,

Nacho (609 332140, nacho@nachogrijalbo.com)

quique muñiz dijo...

Conocí a José Antonio cuando teniamos diez o doce años y ambos queríamos ser frailes dominicos. Parece ser que yo solamente lo creía y él lo quiso y lo alcanzó.
Después le perdí un tiempo durante el que únicamente viajó por mis recuerdos, con muchos otros compañeros de niñez en el Colegio. Creo que hasta nuestro gran reencuentro de 2007.
Y después, en otras convocatorias que disfrutamos en La Virgen del Camino, Caleruega, Palencia...
En Oviedo coincidimos no pocas veces y nuestro último abrazo nos lo dimos junto al Santuario, cuando despedíamos al PaLebrato.
Nunca sé cuándo es mi último abrazo con quien me imanta en un afecto largo y auténtico, incluso en la intermitencia que lo perciba. Por ello siempre los doy y recibo casi con pasión.
Creo que José Antonio era plácido, claro, cariñoso, directo, entrañable. Y dedicó su vida a Dios y a todos, desde su hábito blanco y a través de su mirada serena, repartiendo su palabra y cariño natural; siempre verdad.
Para un fraile tan actual, tan fiel y cálido, que se detengan para siempre su corazón y su pensamiento en plena Misa, debe de ser algo muy parecido a entrar en el Norte por la Puerta Principal.
Que así sea.
💔

JOSE IGNACIO SERRANO MALLADA dijo...

A TI, JOSE ANTONIO.

De tu cuerpo herido,
árbol caído,
déjame hacerte leña
y así pueda calentar mi frío
contigo,
recuerdo querido.

Haré contigo fuego
y lo dejaré prendido,
que en la noche la escarcha,
mi amigo,
al verme sin calor
quiere robarme el latido.

Atentamente,
jose ignacio serrano mallada | jimallada@gmail.com

Juan A. Iturriaga dijo...

Está bien novelado el funeral, pero a cantar el “adiós madre de mi vida”, se acercó alguno más que los cuatro que se indican,
Etc..

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