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12 comentarios:
Vaya!! Último eslabón de la generación de los mayores del Colegio.
Mi pésame a su familia y a la nuestra dominicana, y en especial a aquellos que tan cercanamente le tratasteis y con tanto cariño os educó en las letras. Así escribís de bien muchos de vosotros.
En nuestro recuerdo, Padre Lebrato.
Con mucho pesar me siento muy agradecido de su trabajo y dedicación.
Siempre le recordaré.
Sigue ayudándonos.
DEP
Aunque de él no tengo más que un vago o difuminado recuerdo por algún encuentro muy esporádico, en un día como este deseo unir mis sentimientos de condoloncia a los de la familia dominicana y a los de la suya propia. Su particular situación de llevar años zarandeado por el alzhéimer me conmueve de formar particular. Como veo que su saber fructificó en muchos de los seguidores de este blog, es momento propicio para dar gracias al cielo por una vida que resultó enriquecedora de otras muchas. Densanse en paz.
¡Vaya por Dios, "condoloncia" por "condolencia". Gracias por morder la o al leerlo.
Solo queda recordar y agradecer, echando la vista atrás, su dedicación y entrega a los que un día llegamos al Colegio y pudimos contar con actitud animosa y entusiasta en las clases, en los recreos, en los paseos y excursiones, y en otro tipo de actividades culturales como los programas de radio en aquella emisora EAJ64 (que él mismo puso en marcha) los fines de semana, y que siempre terminaba con un chiste para hacernos sonreír al menos. Aun recuerdo alguno. Que reciba el descanso y el premio a todas sus obras buenas.
Tengo interés –como otro motivo más para una meditación acerca de la fugacidad de la vida en estos días de Semana Santa- por saber cuántos y quiénes de aquellos educadores que tuvimos los de los primeros años del cole nos quedan aún vivos. Ellos eran la barrera que se interponía entre nosotros y la muerte. Ya me temo que hoy está casi totalmente derruida. Descansen todos en paz.
Mi recuerdo y mi pésame a toda su gran familia, de la que nosotros mismos formamos parte.
Nunca he olvidado sus clases de iniciación al periodismo en el colegio, más provechosas para mí que todo lo que luego estudié en la facultad de Ciencias de la Información. Mi sincero agradecimiento y afecto. Descanse en paz.
Estaba recordando que me dio clase, si la memoria hace lo que debe,en primero; yo tenía 11 años y él 27, el niño y el joven. Lo recuerdo como una figura imponente, alto, serio, buena nariz, buen decir y buena mano cuando la soltaba. Me dió, creo, literatura, si no aprendí seguro que fue por mi falta de aplicación.
Intentaremos sintonizarle en EAJ64 radio Camino, quizás haya interferencias.
DEP.
Tenía un nombre familiar, el padre Jaime, y otro para afuera, el padre Lebrato, que le proyectaba mucho más allá de la verja y de virgen. Más allá de las noti ias, decía él. En lo personal, le tuve muy cerca, me motivó, me encauzó, me enseñó más de lo que, por desgracia, he sabido reconocerle.
Aun conservo su libro "Periodismo de trinchera" junto con muchas cosas que, sin darme cuenta, aprendí de él. ¡Qué buen tipo!
Descanse en paz. Buena gente. Yo aún conservo, en buen estado, el cuadernillo de folios que nos entregó, a cada uno, el primer año que impartió la asignatura de "Medios de Comunicación Social".
Pude, más tarde, en dos o tres ocasiones, volver a saludarlo, la última hará unos cuatro/cinco años, ccompartiendo misa con la comunidad, en la capilla de los frailes.
Buen Domingo de Resurrección para todos. Un abrazo.
Mi epitafio/plegaria unamuniano se eleva hoy por el Padre Jaime: “Méteme, Padre eterno, en tu pecho, misterioso hogar. Dormiré allí, pues vengo deshecho del duro bregar”.
Como todos vosotros, guardo recuerdos y vivencias muy personales de Jaime Rodriguez Lebrato. Descanse en paz.
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