miércoles, 23 de marzo de 2022

1º A - curso 1967-1968


Esto es lo que escribe hace unos días el compañero Julio Manuel Díaz Losada en una entrada en el viejo blog. 

(el furriel)

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Qué sorpresa encontrar este blog. El tiempo libre de la pandemia me regaló este recuerdo. De la foto recuerdo a los dos padres, el padre Naranjo, creo, que recuerdo como buena persona, y el otro no recuerdo el nombre, me parece que era el director, y por su despacho tuve que pasar en varias ocasiones a recibir alguna reprimenda, y era donde depositábamos las cartas “abiertas”, para que él después de “revisarlas” las enviase a nuestras familias… Bueno, eran otros tiempos, así eran las cosas entonces. 

También recuerdo a Bernardo, muy buen estudiante, Q.E.D., y a Aguirrezabala y a Espadas. Yo soy el número 4. Soy el cuarto de tres hermanos, nacido el día 8 de octubre de 1957, así que tenía 10 añitos recién cumplidos cuando se hizo la foto. Soy el único de los cuatro hermanos que nació en León.

 Por razón de las trágicas e injustas consecuencias de la guerra civil mis padres se tuvieron que trasladar desde Galicia a buscarse la vida allí. Sólo pude hacer en los dominicos el primer curso de bachillerato, porque parece ser que pronto descubrieron que no tenía vocación de fraile, así que, como a tantos otros, me invitaron a abandonar el colegio. 

No obstante, y a pesar de que era muy niño, guardo recuerdos imborrables, pero ningún rencor, aunque las circunstancias fueron muy duras para un niño de sólo 9 años, que había perdido a su madre a los 2 años, y a una hermana antes de nacer yo, que falleció a los 7 años atropellada por un tren en un accidente, y cuyo padre, maestro nacional, fue “depurado” por el régimen de Franco, y tuvo que emigrar a León a buscarse la vida dando clases particulares en casa, mientras mi madre atendía una pensión para estudiantes de veterinaria mientras vivió. 

Una vez expulsado de los dominicos, me acogieron los Jesuitas del Sagrado Corazón de León. Con su ayuda, y el infatigable impulso de mi padre, Julio, que Dios lo tenga en la Gloria, por lo mucho que sufrió, y tanto bien como hizo a favor de los que más lo necesitaban, acabé el bachillerato. Luego, después de hacer la “mili” como voluntario y durante año y medio en El Ferral del Bernesga en León, me fui a licenciarme en Ciencias Económicas y Empresariales en Santiago de Compostela. Y bueno, ya para dejar el currículum completo, obtuve la oposición a Corredor de Comercio, después me licencié en Derecho, y actualmente ejerzo como Notario en Vigo. 

Estoy felizmente casado desde hace 36 años con Begoña Quinteiro, y tengo dos hijos, Pedro y Gonzalo, de 34 y 31 años, respectivamente. 

Mi sincera enhorabuena y agradecimiento al administrador del blog.

5 comentarios:

RAMON HERNÁNDEZ MARTÍN dijo...

Buen descubrimiento, Julio. Lo digo porque, sin duda, seguir este blog será enriquecedor para ti y, seguramente, abrirá una nueva etapa en tu vida, etapa rectilínea de progreso aunque, a primera vista, parezca que en la tuya, como en la de cualquier otro, ha habido cerradas curvas. Es aleccionador saber que así lo valoras tú mismo, asumiendo el pasado como riqueza del presente. Curso 67-68 en el que, tan niño, te enfrentabas a un universo completamente nuevo y en el que yo, supuestamente ya en los albores de la madurez, hacía lo propio, cursando mi primer año de ecumenismo en Paris, el curso del famoso mayo francés, que me ayudó a entender que las formas de vida humana son muchas y que todas son legítimas, es decir, que afortunadamente no hay ningún dogma ni ninguna ideología que puedan encorsetarlas.Seguro que, siguiendo este blog, percibirás que hay muchos latidos como el tuyo y que todos ellos crean una armonía enriquecedora para todos. Gracias y enhorabuena.

Isidro Cicero dijo...

Encantado de conocerte, Julio.Aunque nuestras trayectorias vitales no coincidieron en el tiempo -te saco al pie de diez
años- sí coincidieron parcialmente en el espacio. Por lo que veo, también coincido contigo en ciertos pálpitos vitales.
Soy uno de los asiduo los asiduos de este blog y me gustaría seguir coincidiendo aquí contigo.

Lalo dijo...

Joé, Julio. Espero que en aquel primer curso los frailes tomaran su decisión de expulsarte tras detectar que tú eras un tarambana alejado de la mística que debe rodear a un correcto fraile dominico, y no un niño que parecía tener escasas luces académicas: Licenciado en Económicas, corredor de comercio por oposición, licenciado en Derecho y Notario. ¿Quién se equivocó tanto?
Me alegro que hayas pasado por aquí y te invito a quedarte un largo tiempo. Aunque tu experiencia en el colegio no fue larga, seguro que alguna de las vividas por tus excompañeros te traerá recuerdos de aquellos tiempos y aquellas gentes. En la columna de la derecha de este blog encontrarás quince PDF con lo que entre todos hemos contado de aquellos años.
Yo soy Lalo, aunque de aquella era Mayo, cosecha del 64.

Santos Suárez Santamarta dijo...


Hola, Julio, bienvenido.
Si tuviste el privilegio
de estar en nuestro colegio
nos eres ya conocido.
Y si te sientes urgido
por recuperar tu ayer.
aquí lo puedes hacer
pues de aquella nuestra historia
queda en este blog memoria:
solo tienes que leer

Luis Heredia dijo...

¡Madre mía, Julio¡ Quién diría que en tan corto espacio de tiempo que has estado entre nosotros y por las circunstancias personales y de salida guardes esos recuerdos tan buenos, nada traumáticos y la memoria la tengas como el primer día que pisaste La Virgen del Camino.

A lo largo de los años de vida del blog podrás recuperar a compañeros. Posiblemente pocos porque los más activos son los que ya están entrados en años, unos más que otros, pero conservan intactas todas sus virtudes, unos más que otros. Es una pena que no hayas asistido al Cincuentenario del Colegio porque leyendo lo que escribes te hubiera encantado.

El otro Padre que no identificas es Padre Pablo Huarte. Ha estado muy activo en los comienzos del blog pero ya no participa.

De verdad que nos alegra tremendamente que nos hayas encontrado.

Y anímate a escribir. Sobre todo, cuando seas abuelo. Algunos empezamos por ningún nieto y ahora ya vamos por 4. Si contamos los de Antonio Argüeso la media sube a 6 por abuelo.

Nos veremos más a menudo, Julio

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