sábado, 6 de noviembre de 2021

ESCANDALOSAMENTE "AZUL"


 Pediré que declaren Patrimonio de la Humanidad al azul cielo de León.

3 comentarios:

Ramón Hernández Martín dijo...

Poderoso contraste entre un azul tan limpio, propio de tantos lugares, y una piedra lanzada al cielo, pero no como orgullosa Torre de Babel sino como humilde plegaria que perfora los confines del tiempo. Un cielo, en fin, que no solo es patrimonio de toda la humanidad, sino también símbolo sin igual de una felicidad indestructible, y una piedra que, por ser incomparable material para construir refugios donde se gesta y protege la vida, acompaña toda la trayectoria humana. Me parece que el solo mirar la foto limpia los ojos y esponja el alma. Gracias, amigo Furriel, por el acierto de recrearnos tan hermosamente.

Francisco Javier Cirauqui Armendariz dijo...

La imagen de la Catedral de León se me ha quedado grabada en mi memoria, desde que estuve en el Colegio y está siempre conmigo como algo inolvidable. Aunque sé que no son merecedores de esta imagen os mando esto versos escritos a vuela pluma.

Esta "pulcra leonina",
engastado en este cielo
va elevándose del suelo
en levitación divina.

Destaca sobre este azul
claro, nítido y sereno
el templo, gótico pleno
en estos campos de azur.

Los pórticos de este templo
de florecidas ojivas
son enseñanzas vivas
y de arquitectura ejemplo.

Este bello azul del cielo
se va adentrando en el alma
y nos produce una calma
como flotando en un vuelo.

La catedral de León,
envuelta en cielos azules,
coronada de estos tules
nos conquista el corazón.

Cielo azul y blanca piedra,
Cielo azul y las dos torres,
Cielo azul y las tres puerta,
Cielo azul, la Virgen Blanca.



Luis Heredia dijo...

Tengo que confesar que más me impactaba el azul cielo, intenso, de León que la propia Catedral.
Ese cielo azul de la paramera me atraía como si fuera el mar en calma de mi Gijón del alma.
Ese cielo azul me reconfortaba el alma y me animaba a afrontar el día. Lo tedioso lo convertía en entretenido y al practicar deporte me hacía CITIUS, ALTIUS, FORTIUS. Todo lo contrario que con los estudios en días iluminados como éste, pues procrastinar lo conjugué a la perfección perdiéndome en el paisaje que veía a través de los grandes ventanales.
Pura ignorancia de adolescente poco interesado en el arte. Pero la educación recibida no fue baldía y con el tiempo admiro las Catedrales, Iglesias, y cualquier obra de arte. Si yo visitara ahora la Catedral de León con ese inmenso cielo azul que la cubre como un manto me asombraría e impresionaría de lo construido y de todo el arte que encierra y al salir del recinto y ver el cielo simplemente se me ocurriría decir: ¡Jo¡ Qué día más guapu.
Claro, debe ser porque días como ese los vivimos con frecuencia, sobre todo en León, pero gozar del arte o visitar una Catedral, seguro, no lo hacemos todos los días.
Salvo el Trapi, que nos deleita todos los días con sus fotos, puro arte viviente.

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