ENLACES DE LA CABECERA
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1 comentario:
El hospital me ha regalado una buena y bonita semana de vacaciones, aunque me ha privado de las enormes riquezas acumuladas en este blog durante ese tiempo. Incluido el inocentón y divertido humor del 28 de diciembre, están el gran abrazo que Alberto merece y que es tan sano repetir cada equis tiempo; la participación en primera fila en la manifestacion popular en pro de la Cabalgata de los Anrirreyes de P.G. Trapiello (a mi casa tendrían que venir con un camión trailer); las divertidas polémicas de JM y JL sobre la "aldea global asturiana", tan empecinada porque ninguno de ellos reconoce honestamente que solo puede serlo Casorvida (y no digo Mogarraz porque pertenece a otra provincia y a otro reino) y la luminosidad esplendorosa de las estrellas colorás de JH que estos días han recorrido los cielos.
Para general curiosidad, digo que mi semana de vacaciones en el hosital ha sido "buena" porque me han extirpado un pólipo mal encarado del colon (día 26) y que todo ha ido sobre ruedas, a la espera de que, tras los análisis, no tengan que envenenarme. Y digo, además, que ha sido "bonita" porque, tanto en quirófano como en sala, me han atendido dulcemente e incluso me han mimado, tanto que me he marchado de allí con el sano orgullo de haber sido considerado "paciente 10", reconocimiento al que mi familia ha reaccionado con elegante generosidad para con todo el personal.
Si me permitís una confidencia, os confesaré que este periplo vital, que te pone realmente en el filo de la espalda de la vida, me ha servido para zambullirme gozosamente en una total y radical positividad de la misma.
Ya estamos en el recién estrenado 2025, que para mí comienza devolviéndome afortunadamente a la rutina diria, y mi deseo, sencillo y penetrante, es que sea todo él un tiempo que nos haga vibrar de emociones por el solo hecho de vivir y, más todavía, por el lugar y la forma en que nos toca hacerlo.
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