jueves, 20 de julio de 2023

BIENVENIDOS AL QUIJOTE (Por Luis Carrizo)

Me complace y alegra transmitiros la siguiente información que nos envía el compañero Luis Carrizo referida a la publicación de su nuevo libro titulado BIENVENIDOS AL QUIJOTE.


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Querido Josemaría, aunque no son las mejores fechas para cabalgar por la ardiente estepa castellano-manchega, te agradecería cuelgues este bando en el muro del blog: 

 

Don Quijote cabalga de nuevo en el libro BIENVENIDOS AL QUIJOTE, que acabo de publicar. La intención del libro, como se puede leer en la contraportada es la de invitar/incitar a leer o a releer la gran novela de Cervantes ofreciendo al lector numerosas, elegidas y variopintas calas y catas practicadas entre sus páginas.





Tanto el suplemento cultural del New York Times como la moscovita Literaturnaya Gazeta lo han recibido con dos elogiosos comentarios; breves, pero elogiosos: “Hacía falta algo así” y “Muy entretenido de leer”. 

 

Quedo haciendo votos para que los lectores del blog lo traten con semejante benevolencia, e incluso alguno lo compre (15 euros + 3 de gastos de envío), siquiera sea porque ellos tienen la ventaja añadida de conocer a Lalo Mayo, que lo ha vestido con sus habituales buenas artes, y a Isidro Cicero, que lo encabeza con un muy bello y ajustado proemio intitulado INVITATORIO. 


Por otra parte, y como a buen pagador no le duelen prendas, le he dado igualmente mucha cancha a Cervantes. 



Luis Carrizo


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nota del futrriel.-quien desee adquirir el libro puede hacer la petición directamente con un comentario en este blog o contactar directamente con Luis Carrizo a su email que os dejo a continuación, facilitando vuestra dirección postal en ambos casos


carrizoluis@gmail.com

15 comentarios:

MANOLO DÍAZ dijo...


Honorables y doctos señores,

Por la presente, os convoco a saborear la pluma magistral del muy noble hijodalgo Don Luis Carrizo Medina, a la sazón cumbre literaria de nuestra lengua castellana.
Hallaréis en sus páginas dedicadas al valeroso caballero Don Quijote de la Mancha, hazañas y quijotescas locuras que han de conmover vuestros corazones y cautivar vuestras mentes.

En sus líneas, se despliega un mundo maravilloso de imaginación y realidad, de gestas heroicas y batallas morales, de sencillez y grandeza. El ingenio de D. Luis (Luisín pa los allegaos) tejido con artes poéticas y prosaicas, nos lleva por caminos asombrosos y nos invita a reflexionar sobre la esencia misma de la humanidad.

Por ende, os exhorto a emprender esta travesía literaria, a sumergiros en la España del Siglo de Oro, a conocer al ingenioso hidalgo y su fiel escudero Sancho Panza, cuyas aventuras dejarán huella imborrable en vuestras almas.

Que vuestros corazones se llenen de ansia por explorar cada página y que, al cerrar el libro, os sintáis enriquecidos y más sabios, en compañía de personajes inmortales y la majestuosidad de la lengua española de tiempos pasados.

La cita os aguarda en un libro que atesorareis en las estanterías de vuestra alma. ¡Leed el Quijote y abrazad el esplendor de la palabra cervantina!

Dada en este día, a los veinte días del mes de julio del año de nuestro Señor, mil quinientos y veintitrés.

Atentamente
N.B. Realmente aún no leí el libro, pero mantengo íntegramente todo lo dicho porque el autor es mi amigo y si alguien me lleva la contraria, querella habemos.

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDES dijo...

Estoy seguro que las palabras de Juan son un fiel reflejo de la subjetividad más objetiva; la amistad valida cualquier discurso. Lo dice un buen amigo suyo y lo dice objetivamente.
A Luis qué le vamos a decir, que prometemos leerle con la idea de aprender. Damos la bienvenida a "Bienvenidos al Quijote". Una mente avispada como la de Luis seguro que nos lleva a descubrir matices que, cuando leímos el original, se nos escaparon. Sabemos que no es fácil hincarle el diente, el diente crítico, a una obra como la que nos ocupa.
Ayer dábamos el pésame a Jesusín y hoy damos la enhorabuena a Luisín, el Blog cumple su actual cometido: despedir y dar la bienvenida, así es la vida.
Enhorabuena, D. Luis.
P.D. Amigo Juan, para que Luis te regale un ejemplar no hacía falta que hicieras la pelota de forma tan literaria. Luis y Juan cabalgan juntos.
Abrazos cervantinos

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS dijo...

Algo pasó, ¿dedos gordos? No, neurona despistada.
Más de los mismos.

Luis Carrizo dijo...

Manolo, te veo muy partidario del Quijote, cosa que ya me barruntaba, por cierto, y que me alegra sobremanera. Lo que dices de Cervantes y de su novela lo has clavado, según mi propia opinión. Lo que dices de mí y de mi libro no voy a decir si lo has clavado, pero sí que me ha gustado mucho, tanto como verte aparecer en el blog aunque sea para hacer un cumplido a un amigo.
Si, además, un día llegaras a leer el libro porque te lo deje el Pitu (porque mi equipo de asesores financieros me han desaconsejado vivamente que lo regale), te darás cuenta que no trato de meterme en dibujos e interpretaciones de la novela, ya hay demasiadas. Me limito, en mi única función de lector apasionado de la obra y de su inmensa sabiduría, a poner el toro en suerte, como dicen los taurinos, y que cada uno lo toree y saboree a su manera (y no pongo acento en ninguna "e", de la misma manera que no lo pondría en Feijoo, ni en Boo de Piélagos, donde vive Cicero, porque no se necesita, como tu mejor sabes, pero ignoran miles de plumillas. ¡Si Cervantes "levantaría" la cabeza!
Un abrazote inmenso caro amigo, porque te cotizas caro.

Luis Carrizo dijo...

Compruebo, amigo Valdés, que te puede tu pasado de profesor. Yo sé muy bien que no son los dedos gordos ni la neurona despistada, que las tienes todas en perfecto estado de revista y lo demuestras y día sí y otro también. Tú has editado dos veces tu comentario porque las cosas hay que repetirlas para que las entienda hasta el más tonto de la clase. Y eso aun sabiendo que en este blog solo se despachan notables, sobresalientes y matrículas.
Espero que hayas pillado la indirecta: me encantaría que Manolo leyera el libro.

MANOLO DÍAZ dijo...

Dilecto amigo Valdés. Es público y manifiesto que nuestra fraternidad viene de muy antiguo, de aquellos tiempos en que los felechos crecían espontáneamente en la carba y los curas llevaban sotana. !Y les cachiparres yeran pacífiques! No como ahora que cambiaron de nombre (¡Garrapates! !Que cosa mas asquerosa!) y son peores que Putin.
Hay rumores que insinúan la estancia de Cervantes en La Aldeona cuando era recaudador de impuestos. Tales rumores tienen fundamento. Ducados, escudos y maravedíes sobreabundaban escondidos entre los cebatos y la yerba en los payares. Lean, lean esta crónica que se conserva en el chamizu de San Feliz:

“Dieron luego orden a Cervantes en buscar dineros allende pudiese encontrallos. Vestiose de velarte y vellorí y encaminase a setentrión, allende habitaban los conceyones, mesmo grandes aldeas, exemplo Malveo o la aún más rica y acaudalada Casorvia, famosa por abundar en fadriqueras. Allí llegó derrengado en busca de doblones, porque non estaba duecho en andar muncho a pie”
Luisin, leeré tu libro de un sorbo, como hacía con las cartas de Conchita cuando los tiempos del servicio a la Patria. !Y pagando! Lo cual me recuerda el chiste de los dos catalanes:
-Mira que tía mas buena viene por allí. De buena gana le haría un favor.
-Qué tonterías dices. Es mi mujer.
-Bueno, pagando, eh, pagando.
Valdés y Luisin, ya sabéis cuánto os quiero.

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS dijo...

Me alegro de que Juan saque a colación la relación entre D. Quijote y el Sr.Sancho con la Gran Aldea. Cuando ambos caminaban por las anchas castillas se cruzaron con un famoso segador de S. Feliz de la Pola, contratado para la recolección de la mies de los campos castellanos,y hablando sobre usos y costumbres llegaron al tema de la mujer, el de S. Feliz fue quien les habló de las fermosas mozas de los pueblos de su entorno, y en particular de las bellezas de una gran aldea,

«se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo ni le dio cuenta de ello.»

«Llamábase Aldonza, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y, buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla 'Dulcinea de Casorvida' porque de allí era natural, nombre, a su parecer, músico, peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto.»

Recibida la noticia dirigieron sus pasos de forma presta en busca de la tal fermosa moza. Cuando llegaron, ella, desilusionada con el de San Feliz que la había plantado, se metió a monja en las pelayas de Oviedo. D. Quijote, roto por la noticia, se encerró en casa de una viuda con la que acabó teniendo coyunda. Fue ella la que le habló de las riquezas ocultas por los pajares del pueblo. A media noche dejó a la viuda, exausta, y se puso a buscar el tesoro, lo encontró y quiso ponerse a la fuga, pero no pudo, Sancho dormía el sueño de Morfeo después de haberse zampado un par de cachopos y haberse bebido una caja de sidra. A la mañana siguiente la viuda, intuyendo que el castellano pensaba abandonarla, dio cuenta a las fuerzas vivas.
Cuando Quijote y
Sancho se encontraban montados en sus borricos a las puertas de la población, fueron detenidos y conducidos al cuartel más próximo. Fueron despojados de la ingente cantidad de doblones que llevaban en sus alforjas y conducidos hasta Grajal de Campos donde los dejaron libres. A partir de aquí se firja la otra historia del Quijote, esa a la que nos invita y nos da bienvenida, el consumado cervantista D. Luis Carrizo.
Como se puede apreciar la aventura en la Aldeona les salio mal, ni se hicieron ricos ni pudieron hacerse con los servicios de la moza retozada. Un fracaso. Así es como San Feliz y Casorvida aparecen con nombres ficticios en la obra cervantina. Como colofón cabe decir que los de San Feliz siempre tuvieron querencia por las mozas casorvidenses y hay alguno, de cuyo nombre no me acuerdo, que tiene querencia por algun mozo de la Aldeona.
No debería ser necesario decir que la historia es tan real como lo refleja este escrito. No se especifican nombres para evitar consecuencias indeseables, aunque, quizás deba desvelar, para que se sepa, que el segador de la historia se llama Juan, sigue siendo conocido en la zona por sus dotes amatorias. Yo también le quiero.
Abrazos dulcineanos.

P.D. Pido disculpas por intentar entreteneros con semejantes historias, así lo aprendí del P. Felipe Lanz. Prometo que para la próxima me esforzaré más.

Ramón Hernández dijo...

Tras un día, el de ayer, de jornada laboral casi completa, albañileando en San Isidro, hoy me complace comprobar, una vez más, que la gran familia antiguosalumnos está a las duras y a las maduras, a las condolencias y a las enhorabuenas. Hace solo unos minutos, le he pedido al amigo Luis Carrizo que me envíe un ejemplar, pues ya me las arreglaré para preservar unas horas para leerlo. Dado lo que aquí se cuenta y el encuadre general del libro, no me cabe la menor duda de que serán horas de gran asueto y gozo. La última vez que leí el Quijote, por cierto no hace mucho, confieso que volvió a impresionarme.

Luis Carrizo dijo...

Observo por la justa literaria mantenida entre Manolo y Pitu que el nivel del conocimiento del Quijote que se manifiesta está no entre notable y sobresaliente, sino entre matrícula y cum laude. Y además con sus muy divertidas gotas de inteligente humor. Me ha parecido muy divertido.
A Ramón le he agradecido particularmente su deferencia, pero lo hago también aquí públicamente.

Isidro Cicero dijo...

EN POSICIÓN DE SALUDO
La posición anímica en la que se coloca Luis Carrizo es la de saludo. Nos dice “bienvenidos” como si nos recibiera en su propia casa o en la mesa del restaurante al que nos ha invitado a comer. Los mexicanos saben decirlo con mayor y más barroca cortesía: “bienvenidos a su casa de ustedes”. Al situarse en esta posición, el hábil Carrizo evidencia lo primero que el Quijote es su casa - es decir el ámbito donde se nutre, donde disfruta, donde trabaja, donde descansa, hasta donde respira - En segundo lugar, bienvenidos significa que nos abre ese espacio tan íntimo deseando mantener con nosotros una conversación seguramente de amistad e inteligencia. Mucha habilidad comunicativa, ya desde el inicio, la de este querido autor.
En esas largas carreteras que nos receta la médica, solemos atravesar al menos dos términos municipales (si no, no sería una receta eficaz), Excepto aquellos días en los que hacemos gatas, comprobamos que los consistorios también adoptan esta misma actitud saludadora de Carrizo y nos dedican letreros de bienvenida. Se puede comprobar no solo aquí, en un Boo desprovisto de la tilde que no necesita, también lo he visto allí donde Luis escribió su libro: “benvinguts a Alacant”, “benvenutti a Verona”, “wellcome” a todas partes.
Lo más bonito de esta posición de saludo del autor es comprobar que adopta el matiz mexicano. Nada más atravesada la puerta, nada más abres la primera página, compruebas efectivamente que el Quijote de Carrizo es tu propio Quijote, que la vivienda y la vivencia de Carrizo es también la propia casa de uno: “su casa de ustedes”, nuestra casa en la que vivimos, nos movemos y somos. Que el Quijote es un territorio espiritual común. Sentí esto cuando leí el libro de Carrizo, sé que lo experimentarán todos los lectores, al menos los lectores españoles. No solo eres un invitado de Carrizo al banquete del Quijote sino un compañero de piso del propietario. El Quijote también es nuestro Quijote y Luis, un anfitrión consumado, muestra los manjares de Cervantes, nos dice de qué productos están hechos y cómo han sido preparados. Con qué genial maestría han sido hechas las recetas. Carrizo indica, pero no pontifica; señala pero no teoriza; se limita a comportarse como un amigo compañero, pero no dogmatiza. Se lo he dicho, recuerda la actitud imposiblemente más humilde del Pierre Menard de Borges en su cuento “El verdadero autor del Quijote”, el fantástico poeta simbolista empeñado en escribir el Quijote, respetando escrupulosamente cada palabra, cada letra, cada coma del Quijote.
El respeto es en este libro exagerado. Aparte la actitud de saludo de bienvenida que he dicho, hay otras “posiciones de saludo”. Una, equivalente a la militar, consistente en cuadrarse ante los grandes símbolos de la nación (pocos símbolos tan universales y con tanta grandeza como el Quijote). Otra posición de saludo es la civil, consistente en llevarse la mano derecha al corazón (pocos sentimientos están ausentes del Quijote. Yo diría que ninguno).

Ramón Hernández dijo...

Gracias, Luis, por tu libro. En ratos perdidos o encontrados, ya llego casi al final. Me había atrevido a imaginar lo que en él escribirías, pero te confieso que en esta lotería no he llegado ni siquiera a conseguir el reintegro. ¡Qué maestría! Cuando vuelva a releer El Quijote (no tardaré en hacerlo), seguro que me parecerá completamente nuevo, equipado como entraré en él con las armas que me has proporcionado. Es este un mensaje que te dirijo desde Mogarraz, donde ahora me encuentro y donde tú y también cualquier otro encontraréis no ya una casa sino un hogar de venir por aquí.

Luis Carrizo dijo...

Iba a responderte, amigo Ramón, "me quedo con lo de Mogarraz", como dicen los modernos; pero no puedo por menos de reconocer que, a pesar de tu cariñosa exageración, me ha gustado casi igual lo que me comentas de la lectura de mi libro.
Muchas gracias.

Jesus Herrero Marcos dijo...

Yo, como todo el mundo, me leo el Quijote a cachos: Hoy éste, mañana aquel y ya veremos pasado. Tengo copmprobado que me ahorro gastos de psicólogo leyéndolo. Por lo tanto, tu libro me pone (mentalmente hablando, se entiende). Me gustaría,querido Luisin, que me mandaras un ejemplar previo pago de su importe para no contravenir los consejos de tus asesores fiscales. Besos

Luis Carrizo dijo...

Alabó tus gustos, querido Jesús Herrero, y agradezco tu salutífera decisión. Desconocía yo esas particulares virtudes curativas del Quijote de que hablas. En cualquier caso, estoy absolutamente seguro de que mientras lo leas no harás otras cosas peores.
Te informo del protocolo financiero por el teléfono interior.
Un abrazo. Y gracias por tu interés.

Luis Carrizo dijo...

Amigo Herrero, tengo la impresión de que o has cambiado de dirección de e-mail o no te llegan los correos. Te he querido contactar por ese medio, pero no obtengo respuesta. Te lo señalo simplemente para tu conocimiento y buen gobierno.

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