sábado, 22 de abril de 2023

AQUÍ HUBO UNA PISCINA

 ¿ESTÁIS SEGUROS?


6 comentarios:

RAMON HERNÁNDEZ MARTÍN dijo...

Y no es lo malo que el agua, con la suma importancia que tiene para nuestras vidas (lo sabemos muy bien hoy, cuando pasamos las horas mirando al cielo en busca de nubes), haya desaparecido, sino que en su huida se haya llevado por delante la algarabía juvenil que revoloteaba en torno a ella. ¿Alguien puede imaginarse a los ocupantes actuales de la Virgen del Camino chapoteando en ella a las 9 de la mañana? ¡Cómo cambian los tiempos! Y claro, siguiendo la línea recta que fray Eladio nos ha marcado con su estudio sobre los valores, esos cambios deberían ser para mejor, sabiendo que siempre hay un mejor inalcanzable, es decir, que lo óptimo nunca tomará afortunadamente cuerpo. Pero claro, ahí están también los contravalores, lo que hace que de vez en cuando la caguemos y bien cagá. Reconfortémonos, sin embargo, pensando que nuestro gran tesoro o recurso es que, incluso siendo octogenarios, nuestras neuronas digan que tenemos 18 y nos imaginemos haciendo largos en sus gélidas aguas. Que llueva, que llueva, y ¡todos a la piscina!

Santos Suárez Santamarta dijo...

Aquí hubo una vez una piscina
aislada del mirar de ojos extraños
destinada al deleite de los baños
de adolescente turba masculina.

Lugar de diversión y vitamina
fue para cuerpos mozos frente a daños
del demonio, del mundo y los engaños
del encanto del alma femenina

La piscina que fue, hoy ya no existe
en su lugar quedó el recuerdo triste
de juvenil jolgorio y zambullidas

Alguien llenó de escombros y de escoria
también una porción de aquella historia
tan honda y cardinal en nuestras vidas.

Gervasio ( proyecto vircamaal 1975-1982) dijo...

Saludos a todos los antiguos alumnos de todas las generaciones. Simplemente queria saber si alguien podría informar donde conseguir el libro ‘Virgen del Camino en-clave de misterios’ del compañero Isidro Cicero. Gracias

Lalo dijo...

Hola, Gervasio. El libro lo publicó una editorial de la familia de Isidro Cicero. No sé si le quedan ejemplares, pero es en ese sentido dónde debes mirar. La alternativa, que encuentres a algún compañero al que le sobre alguno.
Salud

Lalo dijo...

Y otra cosa, al respecto de la foto de esta entrada. En ese espacio no hubo una piscina. En todo caso, un estanque lleno de ciprinos coloraos que engordaron considerablemente con las migas que los frailes les tiraban desde las ventanas de su refectorio. Digo yo esto último un tanto algremente, aunque nunca los vi ni tal nadie me dijo.
Salud
Lalo

josé cuesta caminero dijo...

Si hubo una `piscina
Algunos días rompíamos el hielo al entrar en el agua.
Al lado unas duchas, si te hacías el remolón mandaban poner a dos mayores en los extremos y te quedabas en el medio tiritando.

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