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4 comentarios:
federico esteban monasterio dijo...
Cómo hecho de menos tal día como hoy, en este bloc,
los dulces recuerdos y vivencias escritos por esa
mano romántida de Vivot. ¿Dónde estás?
Siempre habré de recordar
con gratitud el colegio
donde tuve el privilegio
de aprender a solfear
Escuchar o interpretar
música en algún instrumento
abre cauce al sentimiento
y es un singular placer
que se debiera obtener
desde el mismo nacimiento
Para mi, de los días más importantes. Superando incluso días tan señalados como podría ser La Inmaculada, Sto. Domingo…
Como sabéis, Santa Cecilia es patrona de la música seguramnte por el error de un copista al copiar "canentibus organis" donde decía "candentibus organis" referido a su martirio. Cometido el error en el verbo, era fácil entender por "organis" instrumentos musicales en vez de "órganos corporales". En fin, cosas de la historia. De la segunda foto solo conozco a fray Aniceto y de la primera, al mismo más a fray Dacio Asensio Tejerina, compañero mío de filas durante años y buen amigo, que falleció ya hace un tiempo. Los demás, seguro que sois todos los fervientes y asiduos seguidores de este blog al que habéis llegado, seguramente, tras pasar por el "purgatorio" de JH (¡mira que la he tomado yo con ese "gozoso purgatorio"!). Esta entrada del blog ha venido a recordarme los años en que, siendo miembro de la junta directiva de la Banda de Música de Mieres o más bien de AMAM (Asociación Mierense de Amigos de la Música, denominación que le puse yo mismo), me tocó presentar o introducir los conciertos que por esta fecha y por Navidad tocaba nuestra centenaria Banda de Música, que ahora se ha dividido en dos por desavenencias internas, pero, ¡mira tù!, ambas son muy buenas. Dejemos constancia, como homenaje o como celebración, de que el de la música y el de la mímica son afortunadamente dos lenguajes realmente universales que todo el mundo puede entender fácilmente y que, como tales, son puro servicio a la humanidad, es decir, lenguajes no manipulables por intereses advenedizos. Para concluir este alegato, cantemos "aleluya", aunque estemos ya a las puertas del Adviento.
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