sábado, 17 de julio de 2021

LA BALONERA DE MI NIETO


 Casi tantos, si no más, que todos los que en aquellos años pudiese haber en la velonera del Cole.

Cada vez que los veo me entra un no sé qué.

¿lo estaremos haciendo bien?

4 comentarios:

Ramón Hernández Martín dijo...

Si en Corias hubiéramos visto una bolonera como esa, seguro que nos habríamos vuelto locos. Pistolas, balones y hasta fichas de dominó salían de nuestras manos artesanas. Más aún, en Corias nos tocó hacer a pico y pala el campo de fútbol, el de atrás, el de la escuela menor. Y también en Las Caldas, cavando en la ladera y sirviéndonos de una vagoneta para llevar la tierra al hoyo y allanar la hondonada hasta lograr un campo de fútbol aceptable, campo que hoy está sepultado por la autovía. Me parece que fue Argimiro, que creo que ya ha muerto, a quien tuvimos que rescatar al venírsele encima un talud que lo sepultó casi por completo. Nos tiramos como locos a cavar con las manos la tierra de su alrededor. Afortunadamente, todo quedó en un buen susto.
En cuanto a la pregunta de si estaremos haciéndolo bien, sinceramente creo, mea culpa, que lo estamos haciendo fatal: nos gastamos ingentes cantidades de dinero para aburrir a nuestros nietos, pues, inundándolos de cosas, les cortamos las alas y frenamos el desarrollo de su propia iniciativa y autonomía, que son tan importantes para desenvolverse bien después en la vida por ellos mismos. Además, la estampa de su sobreabundancia y la indigencia más absoluta de tantísimos otros niños produce sarpullidos en la fiel y más adentro.

Francisco Javier Cirauqui Armendariz dijo...

La balonera del nieto,
del afamado furriel,
tiene el aforo repleto,
balones a cutiplé.

De plástico o de badana,
de cuero, goma o de piel,
con esta colección gana
al mismísimo Mbappé.

Que no os entre un no se qué,
que dando amor y cariño,
lo estaréis haciendo bien,
que los recuerdos de niño,
nunca se olvidan, Amen.

Un fuerte abrazo para el nieto y toda su familia,

Anónimo dijo...

Hablamos de que las nuevas generaciones lo quieren pronto y bueno y es verdad, pero no nos damos cuenta de que somos padres y abuelos los que hemos fabricado ese tipo de comportamiento. Somos lo que, tanto a hijos como a nietos, no sólo les hemos puesto la tirita sino que, incluso, los vendamos e incluso los escayolamos, pa por si acaso. Con todos esos balones y los que tienen nuestros nietos podríamos nutrir a Asia, África y, quizás, Oceanía. Acabarán en un contenedor sin haber dado opción a Baizán y a Justo Robles a que les dieran una cosida. Conclusión: el "refalfio" lleva al vicio. Velad, velemos, por nuestros saturados nietos. Para el mío tengo encargado el ferrari, está al caer, de la burra abajo. No por mucho tener amanece más... feliz.
Abrazos veraniegos vacunados.

jmgarciavaldes#gmail.com dijo...

El anónimo soy yo, y abrió y era él.
El de la Aldea Global, a la que Publio Carisio no se atrevió a entrar. Ese soy yo. J.M.G.V.

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