lunes, 29 de septiembre de 2025

LA QUIETE (Por Pedro G. Trapiello)

 DIARIO DE LEÓN, 29-9-2025

Me recuerda Plácido Concheso, amigo perdido y hallado en el Templo de la Casualidad, que en las comunidades jesuítas (y en dominicos con otro nombre), tras la comida o cena llegaba la «quiete»; y es palabrita que el diccionario define como «hora o tiempo que en algunas comunidades se da para recreación después de comer» («Recreación» se llamaba en mi colegio la amplia estancia de juegos). Sana costumbre es la de recrearse en el jugar, charlar, leer o enredarse en aficiones... tonifica, despeja y socializa. Ahí el pingpong o el futbolín eran el atletismo de sobremesa, en el ajedrez hacían máster los listos y las damas iniciaban a los que pretendían serlo, el parchís era cosa de competitivos y tragafichas, los tebeos y cómics cultivaban la divertida intelectualidad del soñador barato, el Palé instruía a futuros especuladores 




y las cartas de brisca, mus o chinchón a los tramposos, en lecturas se zambullía el empollón o rarito y en lapiceros o pinturas se refugiaba el solitario buscándose artista... Una horita, más o menos, y vuelta a las tareas colegiales. Para los novicios jesuítas, me añade Plácido, la «quiete» era obligatoria, lo mismo que después también lo era la siesta en el noviciado de mi burgalesa Caleruega, sagrada hora de parón hasta para las moscas, ni un solo ruido se toleraba, pues argumentaba muy cabal y cuartelero nuestro maestro que «el dormir era tan sagrado como el comer», algo que años despues matraqueaba Joselón Ordóñez, «cuerpo descansado dinero vale», y que hoy recomienda la ciencia tras demostrarse sus beneficios como vigorizador intelectual mejorando la creatividad y productividad. Adictos a la siesta eran Leonardo da Vinci, Dalí, Edison, Brahms, Napoleón y hasta Churchill, que mandó instalar cama en su despacho para hacerla canóniga (¿y se burla el inglés cretino del español por nuestra siesta nacional?). En fin, y ahora que ya es otoño tedioso, ¿qué pasaría si se instaura la «quiete» en nuestras sobremesas familiares, desempolvamos juegos de mesa, cogemos prensa o un libro, apagamos la tele y mandamos un rato a tomar pol culo el puto móvil que tanto individualiza y enajena?... ¿quién se atreve?...



viernes, 26 de septiembre de 2025

FALLECE CHONI CARRIZO

 Lamento tener que daros esta triste noticia. Ha fallecido Choni, hermana de nuestro compañero Luis Carrizo.

Choni, descansa en paz.

Un abrazo con nuestro sentimiento pra toda la familia.



Me permito reproducir hoy el escrito de Pedro G. Trapiello en el blog del día 26 de Junio pasado.

Pensando en ti

Como si José Agustín Goytisolo también hubiera pensado en ti con sus «Palabras para Julia», hoy te las lleva aquí el aire de estas mañanitas, admirada y querida Choni Carrizo:


Nunca te entregues ni te apartes

junto al camino, nunca digas

no puedo más y aquí me quedo. 

Otros esperan que resistas

que les ayude tu alegría

tu canción entre sus canciones.

Tu destino está en los demás

tu futuro es tu propia vida

tu dignidad es la de todos...


Nos tronzó el alma tu mensaje diciéndonos que «las últimas pruebas salieron muy mal y ya no me pusieron la quimio, porque (aunque no con estas palabras) quieren que vaya a ver en directo qué cuadro está pintando tu hermano Seve». Imaginamos la trilla y los redobles que trepidan en tu cabeza tras un «tac» decretando la fatalidad, pero en modo alguno tengas prisa, ninguna prisa, sabes que Seve es de pintar óleo antiguo de lentitud preciosista, y cuando llegues a verle aún no habrá terminado el retrato en que está trabajando, que es de los de bordar luces y miradas, y que es el tuyo sin duda, pues en las fechas de «Sanjoderse de la quimio» os conocisteis y ahí le sobró tiempo para captarte el alma a la primera, ese borbotón de alegría y entereza contagiosa que te permitió tanto tiempo burlar y aplazar las intenciones siniestras del bicho visitador que se topó con tu dicha de vivir y de dar a los demás y de sólo pensar con un estilazo jovial de chispa luminosa tan difícil de hallar en estas tierras morugas, y siempre fija tú en ayudar y animar y organizar y agitar a la gente de La Virgen del Camino en músicas, libros, culturas en movimiento, escribiendo y gestionando en un no parar. Es mucho lo que te deben y debemos. No seremos capaces de pagártelo. Si además tu marido, que de ti sabe camo nadie, asegura que has venido siendo en tu vida una verdadera santina, ¿cómo no verte, igual que a la de Covadonga, pequeñina, galana y adorable?... Y te prometo que alguna calle de tu pueblo te seguirá nombrando para que nunca mueras y que tu nombre nos siga reavivando tu ejemplo rotundo y tu lección.


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