lunes, 29 de enero de 2024

BREVES INSTRUCCIONES PARA EL EVENTO 17 AÑOS DE BLOG AADD (by josemaricortés)

BREVES INSTRUCCIONES PARA EL EVENTO  17 AÑOS DE BLOG AADD   (by josemaricortés)

FECHA: Sábado,  6 de Abril de 2024

LUGARES: Casa de Espiritualidad PP Dominicos Virgen del Camino y Basílica Santuario Virgen del Camino de León.




ACTOS:

Día 5 VIERNES

Llegada de algunos asistentes y pernocta en Casa de Espiritualidad o en otros hoteles

 

Día 6 SÁBADO

9.30 h.  Recepción de asistentes  en Casa de Espiritualidad y desayuno a base de  chocolate con churros: gentileza del Excmo. Ayuntamiento de Valverde de la Virgen.

11:00 h. Misa concelebrada en la Basílica Santuario;  cantaremos desde nuestra memoria y sentimiento.

12:00 h. Acto con motivo del Encuentro: 17 aniversario del Blog y reconocimiento y homenaje a su impulsor y mantenedor José Mª Cortés.  Algunas intervenciones programadas y otras espontáneas. 

15:00 h. Catering a degustar y compartir en el atrio cubierto de la Casa de Espiritualidad. Tertulias y conversaciones distendidas entre los asistentes.

19:15 h. Acto de despedida y canto del Himno a la Virgen del Camino y el  “Adiós  Madre de Mi Vida” en el Santuario.

 

Día 7  DOMINGO

Aún sin definir horario, actos en recuerdo y homenaje a Josep Maria Subirachs, creador y escultor de las figuras de los apóstoles, las puertas  y tantas otras esculturas en el Santuario, en el 10º Aniversario de su fallecimiento el 7 de abril de 2014. Habrá guías para información sobre su obra. Idea que nos propone y ofrece el ayuntamiento de Valverde de la Virgen para disfrutar y participar al coincidir con la fecha de nuestro Encuentro.

Está previsto que todos los actos en Santuario y Casa de Espiritualidad de nuestro encuentro sean emitidos y grabados por el canal de youtube  del Ayuntamiento de La Virgen del Camino y que nos cedan una copia/resumen para su publicación en el Blog.

 

 

ÚLTIMO DÍA DE PLAZO PARA LA INSCRIPCIÓN Y EL  PAGO COORRESPONDIENTE  

MARTES  26 DE MARZO 

 

OTROS ASPECTOS DE LA ORGANIZACIÓN.

A este encuentro podéis asistir solos o acompañados. Para la confirmación de vuestra asistencia deberéis dirigiros por correo electrónico a Enrique Muñiz  emuniz6@gmail.com aportando el número de asistentes en cada caso; y si deseáis pernoctar en la misma Casa de Espiritualidad (para la que se irán reservando por riguroso orden de fecha de solicitud, ya que solo disponen de unas  40 habitaciones individuales y 20 dobles) tendréis que señalarlo en esa misma comunicación de asistencia y abonar su importe en el mismo número de cuenta corriente que se señalará después, junto con el  importe de   55,00 € por asistente, que resultan necesarios para los gastos del  catering, ambientación y decoración, alquiler de instalaciones y otros varios…).


TARIFAS de habitación en Casa de Espiritualidad:

24,00 € por persona y noche ya sea en habitación individual o doble.

5,50 € por persona y desayuno (hay que advertirlo porque solo prepararán los reservados previamente ) 

Nº de CUENTA para los ingresos:

ES33 2100 6081 1402 0014 3613         ENRIQUE MUÑIZ-ALIQUE


OTROS HOTELES   en La Virgen del Camino:

Hotel Villapaloma:

 Avda. de Astorga, 47 Tf. 987 300 990 -  669 401 776 -  reservas@villapaloma.es

40 € hab. Individual -  55 € hab. Doble  -  75€ hab. Triple  POR CADA NOCHE

 (+ 3 € desayuno por persona  y + 2 € si se desea zumo). 


Hostal Plaza y Hostal San Froilán:

Ctra. Astorga, 96 y Peregrinos, 1 (Ambos frente al Santuario)  Tf. 987 302019  -  666 042 560

35,00 € hab. Individual  -   59.00 €  hab. Doble POR CADA NOCHE 

(Desayuno en Café de María a criterio y precio)

Para un desayuno más variado os sugerimos el Bar Central, al lado de la Casa de Espiritualidad, El Almacén, justo enfrente de éste, y  Casa Dobe, frente al Aero Club; todos en la misma carretera o Avenida de Astorga en la que se encuentran Santuario y Casa de Espiritualidad..

Los precios de estos hoteles/hostales son con IVA incluido y debéis reservarlo vosotros y abonarlo directamente en el establecimiento  a vuestra salida. 

-----0O0----

Gracias por atender y seguir estas instrucciones. Si aún os queda alguna duda, cualquiera de los compañeros que tratamos de coordinar esta convocatoria (en el portillo de la primera noticia del encuentro los tenéis) os la  puede solventar. 

Gracias de nuevo y nuestro deseo de que  nos veamos  ya muy pronto en La Virgen del Camino.

El Comité organizador

domingo, 28 de enero de 2024

CLICHÉS DE FOTOGRAFÍAS

 Fisgando y volviendo a fisgar me he encontrado esta fotografía que parece recoger tiras de clichés de fotografías.

Quiero ver entre ellas fotos del P.Curro y de Subirachs al parecer inspeccionando las estatuas de la portada del Santuario.

Os recuerdo que además de la monumental fachada con las figuras de los Apóstoles, Subirachs realizó las cuatro puertas del Santuario, un altar en la explanada exterior y diversos elementos del interior, como el sagrario, crucifijos, candelabros, ambones, lámparas y la pila de agua bendita del centro de la entrada (hoy en un lateral).





lunes, 22 de enero de 2024

Por fin: ¡¡NUEVO REENCUENTRO!! 6 ABRIL 2024

 Con sincero rubor e inmerecidos calificativos, publico esta información.

el furriel

-------------------------------------------------------------------------------







Querido compañero y amigo:

Las diez personas que firmamos este escrito nos hemos puesto de acuerdo para impulsar la celebración de un segundo reencuentro general en la Virgen del Camino con un homenaje al Blog de Antiguos Alumnos y de reconocimiento a nuestro compañero José María Cortés, que lleva 17 años animándolo y cuidándolo. Seguramente coincides con nosotros en la oportunidad de estos propósitos. 

La aparición en 2007 del blog antiguosalumnosdominicos fue un regalo inesperado para la mayoría de nosotros. Las posibilidades que abría internet sumadas a la creatividad de un grupo de antiguos compañeros leoneses nos reconectaron con un factor trascendental aunque lejano en nuestras biografías: nuestro colegio y su gente.

Aquel mismo año 2007, en octubre, celebramos el primer reencuentro general al que acudimos masivamente con entusiasmo, muchos con sus esposas. La explosión de emociones que vivimos aquellas jornadas confirmó la impronta de aquel lejano tiempo de nuestra infancia y primera juventud, que habíamos vivido juntos durante años y alejados de nuestras familias y nuestros pueblos. La excelente programación de aquellas jornadas también fue obra del mismo grupo de compañeros de León. Especial intensidad revistió “In memoriam”, seguramente nadie ha olvidado aquel hermoso recordatorio a los compañeros y religiosos fallecidos hasta entonces. 

De todo esto hace ya 17 años. Antes del blog, la imagen de la mayoría de nosotros sobre nuestras vivencias en la Virgen del Camino era fragmentada y borrosa. Sin embargo, después del blog, las sombras se materializaron en personas reales, insertas en la historia concreta. A través del blog, hemos estado compartiendo también peripecias personales y familiares de ciudadanos adultos, hemos vuelto a hacernos amigos al nivel de lo que ahora somos. Gracias al blog, tenemos un nuevo apego al colegio, a las personas que fueron nuestros compañeros y a quienes fueron nuestros maestros. 

El blog nos ha descubierto que el sistema de certezas y creencias que allí vivimos pervive de algún modo, individualizado y respetado. El blog ha sido siempre un modelo de respeto mutuo.

El blog lo hemos alimentado muchos de nosotros, escribiendo en él, haciendo comentarios, enviando fotos, dibujos, canciones y hasta películas. Simplemente leyéndonos unos a otros. El blog ha sido un instrumento de inteligencia emocional; no se ha limitado a fomentar añoranzas, también ha hecho posible el distanciamiento crítico y nuestro propio crecimiento personal. 

El blog tiene todos esos méritos, querido amigo, pero creemos que un compañero nuestro encarna en su persona todo lo que ha significado el blog. Se trata de José María Cortés. A sí mismo se ha llamado siempre “El Furriel” para recalcar, sin duda, su ideal de servicio, modestia y disponibilidad. Estuvo con otros en la creación de esta comunidad virtual, en su posicionamiento en la red, en la generación constante de empatía y sinergias, en el volumen de ideas y sentimientos, en el talante respetuoso que hemos mantenido durante 17 años y en la gran creatividad que hemos patrimonializado. 

José Mari Cortés ha atendido al blog con primor y extremada delicadeza. También con el tesón que las cosas requieren para tener continuidad.  Para nosotros, es un honor promover el reconocimiento a la figura de este excelente compañero, en el marco del encuentro general que tendrá lugar en la Virgen del Camino el próximo sábado 6 de abril. 

Esperamos contar contigo así como con tus sugerencias o ideas, pues nuestro deseo es que la participación de antiguos alumnos y profesores sea masiva. 

Queremos anunciarte desde el principio que preparamos un nuevo “In memoriam” en recuerdo de los compañeros y frailes que nos han dejado en estos 17 años. Son muchos, demasiados, la mayoría de ellos se encontraban con nosotros en el encuentro de 2007.

El correo para comunicarte con nosotros es el de Quique Muñiz:

emuniz6@gmail.com


Deseamos verte el 6 de abril y tener así la ocasión de seguir acumulando motivos para incrementar nuestra amistad. 

Recibe un abrazo fuerte y fraternal.

Firmado por:

Carlos Tejo

Enrique Muñiz

Fernando Alonso

Froilán  Cortés

Isidro Cicero

Javier del Vigo

Jesús Herrero

Julio Correas

Luis Carrizo

Manolo Díaz

miércoles, 17 de enero de 2024

DATOS DE ACCESOS AL BLOG

ÚLTIMA SEMANA



ULTIMOS SEIS MESES




ULTIMO MES






 
T O T A L
 

sábado, 13 de enero de 2024

LA MAÑANA DESPUÉS DE LAS NAVIDADES (Por Eugenio Cascón Martín)


 


Pues ya se ha terminado la Navidad, o las Navidades, porque, como se dice de las dos maneras, nunca he estado seguro de si es una o varias, de si Navidad es solo un día y todo lo demás se incluye en el plural Navidades, de si Nochevieja y Reyes son también Navidad… ¡Qué lío! Pero el caso es que, como digo, ya se han acabado, tanto para quienes conservan el fervor religioso como para se limitan a disfrutar de vacaciones, comidas opíparas, tientos a las más diversas botellas, jolgorio sin tasa, discusiones familiares y todo eso. La vida se reanuda, volvemos a lo de antes.

Y hete aquí que el día 7 de enero por la mañana, domingo por más señas, entrome gana de acercarme al Rastro, por mor de reanudar, siquiera puntualmente, un viejo hábito, hasta hace poco de cumplimiento estricto y últimamente en brazos de la dejadez y la apetencia ocasional. Así que me levanté más o menos temprano y me dirigí al Metro, la manera más rápida de viajar en este pueblo tan grande.

Como era de esperar, el tren suburbano, aparte de tardar en llegar más de lo habitual, estaba casi vacío. He de confesar que el Metro siempre me ha producido la sensación de inquietud de la espelunca, el misterio amenazador de lo que está bajo tierra. A pesar de tantos años, lo sigo experimentando cada vez que entro en él. Es todo un submundo, una ciudad subterránea _laberinto moderno_ formada por venas y arterias que se cruzan y se entrecruzan, que avanzan rectas o se curvan hacia cualquier lado, por las que los trenes avanzan seguros de su destino, transportando cada día miles de humanos que supuestamente también saben adónde van. ¿Siempre?

En mis primeros años en Madrid aún tenía muy viva la memoria del colegio, y el túnel del Metro me recordaba el de allá, aquel por el que salvábamos la carretera para acceder al coro del Santuario, tras subir por una empinada escalera, a fin de desparramarnos ordenadamente en los bancos, los cantores a un lado, los desafinados de fábrica y sin remedio a otro. 

La sensación de inquietud a que aludía se incrementa con el silencio de los viajeros. En el Metro casi siempre hay silencio, acompasado con el ruido del discurrir del convoy, tan característico de cualquier tren. Al margen de conversaciones ocasionales, la gente va callada, en recogimiento, cada uno a lo suyo, si bien hoy el ensimismamiento se ve reforzado por la inmersión en el móvil, en ese telefonino malévolo que lo sabe todo, que lo cuenta todo y que permite comunicarse con los ausentes. Comunicación a distancia a falta de contacto directo. Pero esa mañana no se oía ni el grillo de los móviles, pues los escasísimos viajeros con los que compartía espacio dormitaban, tal vez recordando los días pasados o tal vez temiendo los que se avecinaban.

Unos metros más adelante, sentada enfrente de mí, destacaba una figura femenina. Aparecía casi derrumbada, con la cabeza inclinada por completo hacia el lado derecho y el cabello, muy largo, cubriéndole por completo la cara. No sé por qué me vino a la mente aquel villancico que hace mil años, cuando éramos apostólicos, cantaba Marisol para un anuncio televisivo: “La Virgen se está peinando, / entre cortina y cortina, /los cabellos son de oro, / el peine de plata fina”. Pero no era el caso, no había oro ni peines de plata fina, y la cortina era el propio pelo que ocultaba sus rasgos hasta el punto de que hacía imposible conocer su edad, siquiera de forma aproximada. 




“A lo mejor está durmiendo la mona de la noche pasada”, fue lo primero que pensé y que probablemente pensaría cualquiera. Pero las estaciones pasaban, el vehículo se movía, frenaba más o menos bruscamente, otros viajeros la tocaban al pasar a su lado, y ella seguía igual, absolutamente inmóvil en su postura desmadejada. Aquello comenzó a escamarme un poco, y no fui el único, pues otra mujer joven que ocupaba un asiento cercano parecía estar en la misma onda. Espontáneamente intercambiamos una mirada de extrañeza y, también espontáneamente, nos levantamos y nos acercamos a ella. Intentamos despertarla con leves sacudidas en el hombro, pero no reaccionaba. Nos atrevimos a levantarle la cabeza, con lo que la cortina se descorrió y pudimos apreciar que se trataba de una chica muy joven, de apenas 18 años. Le hablamos, volvimos a sacudirla, pero seguía sin reaccionar, hasta el punto de que su cabeza, al soltarla, volvió a quedar en la postura anterior.

La alarma creció, pues no daba síntomas de vida. Al detenerse el convoy en la estación siguiente, lo único que se me ocurrió fue tirar de la palanca de emergencia para que no se reanudara la marcha. Acudió enseguida el conductor, con cara de pocos amigos por lo que aquello suponía en cuanto a la interrupción del servicio.

_¿Qué pasa? ¿Quién ha tirado de la palanca?

_He sido yo _me atreví a contestar, secundado por mi compañera ocasional_, pero es que mire, aquí hay una chica que no reacciona, que parece como si estuviese muerta.

El hombre comenzó a preocuparse y enseguida empuñó el teléfono para llamar a quien correspondiera. Un posible fallecimiento en el Metro era una cosa muy seria.

_Ya he avisado _nos comentó_. En Atocha habrá un equipo médico esperándola.

Un chico, supuestamente entendido y que acababa de subir al tren, se acercó y, tras observarla, dijo que estaba viva, que se trataba solo de un coma etílico. ¿Solo? ¿La circunstancia de una niña que se ha emborrachado hasta las trancas _y lo mejor no solo de alcohol_ y se encuentra en este estado nos parece poca cosa? En fin, nos hacemos viejos y tal vez por eso no entendemos estas cosas.

El caso es que el tren volvió a ponerse en marcha y yo tenía que apearme en la estación siguiente, así que como ya poco podía hacer, y allí quedaban otras personas pendientes de ella, me despedí y desee buena suerte. No sé qué ocurriría después. Quiero imaginar que la muchacha se recuperó satisfactoriamente y que sus padres se llevaron una alegría tras el gran susto inicial, que no tendrían que maldecir el resto de sus vidas aquellas Navidades.

Salí al exterior, al aire libre, viciado y húmedo de Madrid dándole vueltas al asunto. Se las daría el resto del día, y de muchos días. ¿Había hecho mi buena obra posnavideña? ¡Y yo qué sé! Eso era lo de menos, pues la incomodidad emocional no me abandonaba.

Llegué por fin al Rastro, el viejo mercadillo madrileño, y entré en él por la parte de abajo, por la plaza del Campillo del Mundo Nuevo, donde se desparraman los puestos de libreros de viejo, lugar también de compra, venta e intercambio de cromos, al que acuden los papás con sus niños. 




Aún se sigue oyendo el “Sile, nole, sile, nole”, como toda la vida: en algunos aspectos las cosas no han cambiado demasiado, afortunadamente. Aquí solía quedar con mis viejos colegas, durante muchos años, para peinar los tenderetes en busca del libro que interesa, de la ganga bibliográfica, para al cabo de unas horas, con un par de bolsas de libros por cabeza, acercarnos al Valor del Paseo de las Acacias a embaularnos un chocolate con churros. Ya acudimos menos, en la frecuencia y en el número: las manadas de bisontes viejos merman rápidamente, hasta que se extinguen.




Esta mañana no me he encontrado con nadie. Normal en un día como hoy, y encima sin haber quedado. ¡A quién se le ocurre! Las pocas personas que hay deambulan sin rumbo, como perdidas y sin saber muy bien por qué están allí. Será la inercia, la fuerza de la costumbre. Ya irá afluyendo el personal a medida que avance la mañana y retroceda el frío.

Como tampoco yo sé muy bien qué hacer ni tengo intención de cargar con libro alguno, enfilo la Ribera de Curtidores hasta la Plaza de Cascorro, donde el bueno de Eloy Gonzalo, el soldadito madrileño sigue en lo alto del pedestal con su fusil, su mochila y su lata de gasolina, dispuesto a hacer el desaguisado que lo convirtió en héroe. También él parece un poco perdido esta mañana posnavideña, sin apenas público que lo mire.




Sigo subiendo por la Latina y llego a la Plaza Mayor. ¡Ya no están los puestos del mercadillo navideño! Se ve que el emplazamiento no es barato y los feriantes se apresuran a retirarlos en cuanto pasan los días de mayor venta de figuras y adornos navideños, de panderetas, matasuegras, petardos y demás. El famoso recinto está también un tanto desangelado. Ni siquiera anda ya por aquí el pobre abuelo Isbert buscando a Chencho: “¡Chencho, chencho! ¡Se ha perdido Chencho!”. Menos mal que al final lo encontraron, porque menuda le estaba cayendo al pobre señor

La Puerta del Sol, la calle Preciados, Cortylandia… Este año se me han pasado las Navidades sin asomar por el centro. La famosa y derrochona iluminación la he visto solo por la tele. ¡Hay que ver, a lo que vamos llegando! Hasta Doña Manolita está cerrada, pues ya vendió todo lo que tenía que vender para los dos sorteos navideños. He de confesar que todos los años hago cola para comprar unos décimos en el famoso establecimiento. Al fin y al cabo, uno será siempre de pueblo.




Y llega la hora de volver a casa, tan taciturno y melancólico como cuando salí. La ciudad semivacía no ayuda a recobrar el ánimo, pues emana por todas partes una neblina de añoranza del bullicio y la alegría navideños, aunque sean impostados. Mañana esperan el trabajo y el cole y no es fácil la vuelta: toda transición conlleva inseguridad. En fin, habrá más Navidades y serán, más o menos, como siempre. Y que no nos falten.


EUGENIO CASCÓN MARTÍN 

 

 

 

 

ENTRADA MÁS RECIENTE

EL QUE NO TIENE PARANGÓN ES ÉL (Por Maxi Trapero)

LAS TRES ENTRADAS MÁS POPULARES EN EL BLOG