martes, 12 de septiembre de 2023

LA NUEVA BIBLIOGRAFÍA ENCICLOPÉDICA POMPEYANA (Por Laurentino García)


Recibo y comparto con vosotros la siguiente información que me envía el gran Lalo F. Mayo sobre el trabajo del compañero Laurentino García García, curso de 1958.
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Te envío una nota de un texto mayor de Tomas Álvarez en el que relata los pormenores culturales de su Arcadia feliz, La Cepeda. Como hace referencia a un excompañero y creo que es algo importante, ahí te lo dejo. Tino García fue compañero del 58 y llegó hasta Roma, donde se salió y se hizo experto en Pompeya.
Salud y muchos besos.
Lalo





Otra gran obra  

A este grupo de autores, alguno de los cuales ha participado en alguna obra coral adicional, hay que añadir a Laurentino García (Villamejil, 1948), residente en Roma (Italia) y uno de los mayores expertos mundiales en materia relativa a las ciudades de Pompeya y Herculano, destruidas por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. García –ausente por su delicada salud- ha pasado los últimos meses realizando un monumental trabajo bibliográfico. La nueva bibliografía enciclopédica pompeyana comprende más de 50.000 fichas sobre el conjunto de Pompeya-Herculano-Stabia-Oplontis y otros territorios sepultados por la erupción del volcán. Se trata de la mayor concentración de datos jamás intentada, y que ahora verá la luz en tres volúmenes de 1300/1400 páginas cada uno.  Esperemos que en el 2024 esté con nosotros.


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Blog autore - Laurentino García y García

13 luglio 2012 - ore 20,45
  • laurentinogarciaygarciaarcheo.jpg
    Roma, 16 de junio de 2012


    Nací el 16 de Marzo de 1948 en Villamejil, pequeño pueblo del altozano leonés a casi 930 metros sobre el nivel del mar.
    Cumplidos los primeros estudios elementales en la escuela pública local, mis padres, Don Cayetano García Álvarez y Dña. María Socorro García Fernández, convencidos por mis primeros maestros, Dña. Nelly y Don Eduardo, y por mis aparentes cualidades hacia los estudios humanísticos, decidieron, afrontando notables sacrificios económicos, enviarme en Septiembre de 1958 a estudiar en el entonces mejor centro educativo de la provincia de León, el collegio de la Virgen del Camino recien estrenado por los Padres Dominicos. Seis años de estudios a las puertas de León y después un año de noviciado en Caleruega (Burgos), más tres en Las Caldas de Besaya (Santander), donde estudié filosofia, más uno de convivencia e iniciación en estudios teológicos en la Universidad San Esteban de Salamanca.
    LLega así el 1969, preñado de cambios y de esperanzas. Algún curso y algún examen en la Universidad de Oviedo e la decisión, sufrida y adoptada en un momento de coraje, de trasladarme a Roma para terminar los cursos de Filosofia en la gloriosa Universidad Pontificia Angelicum. Obtenida brillantemente la licenciatura en 1970, tomo la que será la más importante decisión del mi vida: decido quedarme en Roma, habiendo encontrado trabajo en la oficina del americano H. B. Van der Poel que decide asociarme a los estudios arqueológicos, financiados, a través de él, por la Universidad del Texas de Houston. En mi decisión tuvo enorme peso el hecho de estar ya enamorado de Maria Barraco, con la cual me casé el 19 diciembre del 1970.
    Dieciocho años de trabajo con el grupo RICA (Research In Campanian Archaeology) hasta 1986, terminados de forma brusca e borrascosa por divergencias con Halsted Billing Vander Poel, y, después de un intervalo de trabajo en la libreria GyB que mi mujer había abierto en ese tiempo, la decisión de aceptar, a mediados de 1987, el nuevo trabajo que me brindó el Dr. Paolo Bardi en su Casa Editrice Bardi, recién creada como S.r.l. bajo el nombre “BARDI EDITORE”.
    Años intensos de trabajo y de dedicación casi total han hecho posible la trasformación de la pequeña aunque noble realidad de esta editorial en un grupo combativo y eficiente que ha sabido conquistarse respetables espacios en las ediciones de calidad, en las del trabajo (con las repetidas ediciones del contrato nacinal de trabajo del sector metal-mecánico) y en los de la distribución, con la consecución de la gestión editorial y distribuidora de toda la producción de la prestigiosa “Accademia Nazionale dei Lincei”. En estos veintidós años la editorial Bardi Editore Srl ha pasado de la temida desaparición a una presencia vital y dinámica en el panorama editorial romano e italiano. Desgraciadamente después de la muerte del Dr. Paolo Bardi, además del estilo y la fianza de la gloriosa casa editorial, ha desaparecido también el nombre de la noble marca editorial.



    ----Eloy Rubio Carro
    Jueves, 13 de Agosto de 2015
    ASTORGA REDACCIÓN - Entrevista a Laurentino García sobre Pompeya y los desastres de la guerra

    "Hoy las ruinas de Pompeya son las ruinas de las ruinas"

    Laurentino García García nace en Villamejil. En 1969 llega a Roma, donde ha vivido desde entonces, para terminar sus estudios de filosofía en la Universidad Pontificia Angelicum. En 1970 comenzó a trabajar con el grupo de RICA (Research in Campanian Arqueology) participando en la compilación y edición de los siguientes volúmenes del "Corpus Topographicum Pompeianum": Vol. V (Cartografía) 1981, vol II (Toponimia) de 1983 y, sobre todo, los volúmenes III (Los Mapas de Pompeya RICA) de 1984 y IIIA (The Insulae of Regions I-V) de 1986. Desde 1987 hasta finales de 2011 era el jefe de redacción y director de la editorial Bardi Editore. En esos mismos años García y García ha ido publicado sus contribuciones más importantes a la historia y el conocimiento de las ciudades del Vesubio, en especial para Pompeya. Cabe destacar los dos volúmenes de la ‘Nova Biblioteca Pompeiana’, así como una de sus últimas publicaciones: Daños de la guerra en Pompeya (2006).

     


     

     

    Uno de los aspectos que quisiera tocar en esta entrevista es su publicación de 1998 que ahora mismo está digitalizando de los dos volúmenes de la ‘Nova Biblioteca Pompeiana’ ¿Cuál es el contenido de este libro y qué valor tiene para un investigador sobre Pompeya?


    En realidad esta ‘Nueva Biblioteca Pompeyana’ es la recolección de todo lo que se ha escrito sobre Pompeya comenzando con las noticias de los escritores clásicos, Plinio el Viejo, Cicerón, Marcial, nuestro Marcial, todos los que han dejado una traza de las ciudades que fueron sepultadas por el Vesubio. En la antigüedad del Vesubio sabían poco. Salvo Estrabón que se había dado cuenta de que aquello era un volcán, para los demás era un monte muy hermoso lleno de viñedos y un tanto inocente hasta que se volvió criminal con aquella terrible erupción.


    Luego hay en el libro otro apartado, porque durante siglos se va olvidando, se va olvidando hasta casi desaparecer el nombre de Pompeya, salvo para algunos humanistas de la época del Renacimiento que sabían de Pompeya y Herculano cerca del Vesubio al leer a los clásicos. ¿Dónde están estas ciudades? Es así como sale  a relucir su existencia. Para las excavaciones habrá que esperar todavía unos siglos, siendo una gloria española del rey Carlos III de Borbón, por entonces rey de Nápoles. Los primeros ingenieros y directores de las excavaciones fueron españoles por lo que puede considerarse una gloria española, poco evidenciada y poco valorada en España.

     

    Desde que comienza en 1738 la excavación de Herculano y  diez años más tarde las excavaciones en Pompeya esto ha sido un multiplicarse los escritos, las investigaciones. No es solo la excavación, sino que a medida que salen los objetos de debajo de la tierra proporcionan un conocimiento importante del modo de vida de Pompeya, de lo que sabían los pompeyanos, del derecho, de la escritura sobre todo a través de los papiros de Herculano. El conocimiento arqueológico ahí comienza a prolongarse a todos los campos de investigación y del saber humano. La bibliografía se hace extensísima, yo he escrito dos volúmenes de casi 1.400 páginas y ya he publicado otro volumen más actualizado y eso no tiene fin, pues cada vez hay más equipos y más gente que se ocupa del tema en todas las partes del mundo.

     

     

    Laurentino García parece haber centrado su vida intelectual en la investigación sobre Pompeya, primero como colaborador durante 17 años en el equipo de H B Van der Poel, por cuenta de la Universidad de Texas at Austin, en la compilación del ‘Corpus topograficum Pompeianum’, luego como director para la editorial romana Bardi, muy centrada en la arqueología vesubiana, para la que trabajó durante 24 años. En este tiempo continúa aportando trabajos para el esclarecimiento de las cuestiones pompeyanas, pero también abordando temas de la vida cotidiana en el mundo romano. En 2009 hace una aportación para un volumen sobre la mujer romana, que titula: ‘La donna a Pompei, aspectti della vita quotidiana’. ¿Qué consideración tenía la mujer liberta en aquel mundo? ¿Podríamos hablar de alguna peculiaridad o función política o educativa o profesional importante que estuviera asignada a las mujeres?


    En el mundo romano, la mujer gozaba de extensos derechos. El derecho romano mejoró muchísimo el ámbito y la acción del mundo femenino respecto a la mujer griega, la cual quedaba muy relegada, en sombra casi total. La mujer romana adquiere sobre todo en la época imperial, pues antiguamente tan solo tendría una función intensa pero muy constreñida en la familia, un gran poder e influencia sobre los emperadores y  a veces ellas mismas en primera persona.

     

    Hablando de Pompeya hay tres o cuatro mujeres famosísimas que tenían una influencia socioeconómica importante. Es el caso de Eumaquia, Julia Felix y Mamia, tres grandes matronas en la cumbre de un poder económico enorme. Eumaquia dirigía prácticamente todo el negocio de la lana y de  la confección de vestidos, quizás el mayor núcleo de influencia política fuera el de los fulones de curtido. Fue Eumaquia sacerdotisa, de la que nos queda un monumento enorme al lado del foro de Pompeya.

     

    Julia Feliz era una mujer muy potente que había heredado, quizás hubiera quedado viuda, una gran manzana en uno de los barrios periféricos de Pompeya, cerca del anfiteatro y desde allí dirigía sus negocios, incluso  alquilaba una parte de su habitación con termas a una asociación juvenil pompeyana, ‘La juventus’. Debía de ser una ‘donna’ muy rica y muy emprendedora.

     

    Mamia es otra sacerdotisa que la conocemos muy bien por su tumba en un lado de Pompeya y por un asiento semicircular de mármol muy hermoso, una exedra en la que se inscribe una dedicatoria en su honor por parte de los ‘duunviros’, (las tres o cuatro personas que dirigían la ciudad). Quienes allí se sentaran podrían gozar de la vista de toda la bahía de Nápoles que antes de la erupción estaba mucho más cerca de Pompeya.


    Queda claro que la mujer tenía mucha influencia en el mundo romano e incluso en la educación, porque muchísimas mujeres sabían leer y escribir.

     


     

    El tema de la educación en Roma es un tema de sus trabajos recientes. En 2004 publica ‘Alumni, maestri escualea pompei. L`infancia, la giovinezza e la cultura in época romana’. ¿Qué peculiaridades presenta la educación en Roma y a quién iba dirigida? ¿Qué materias se impartían y qué duración solía tener? ¿Qué modelo de humano pretendían formar?


    En la antigua Roma la educación, el aprendizaje de la lecto-escritura era una cosa bastante restringida a las clases más elevadas y se impartía principalmente en la propia casa. Los padres que sabían escribir transmitían a sus hijos su conocimiento para mantener aquella supremacía sobre el resto de la población. Ya en el siglo III a C. a medida que Roma logra expandirse, primero en Italia, luego Grecia y las grandes provincias occidentales, Hispania, Galia hasta conquistar con Julio César, Egipto y todo el Oriente, se van dando cuenta de la importancia de la educación. Sobre todo cuando contactan con el mundo griego en el que la educación, el saber hablar, la retórica proporcionaba dominio no ya a través de las armas, sino desde la convicción, desde los principios, desde el derecho. Esto genera en la República romana una clase con ideas de supremacía militar y de supremacía del conocimiento, del dominio de la ciencia, de la técnica.

     

    Llega un momento  en que va surgiendo una educación pública. Las escuelas, a diferencia de Grecia, son mixtas para niños y niñas y enseñan a leer y a escribir. No era una escuela obligatoria, los maestros eran originariamente casi todos de origen griego y había varios niveles, maestros elementales, de escuela media y  de retorica que eso ya quedaba para muy poquitos.

     


    ¿Hicieron alguna cosa el Estoicismo o el Epicureísmo de la época romana por extender la educación en Roma?


    Algo hicieron, pero sobre todo para sus propios adeptos. En ese momento de Pompeya y Herculano, el movimiento filosófico principal, el que más resalta y el que ha quedado y que se manifiesta evidente en los dos mil y pico de papiros que se encontraron en Herculano, es el movimiento filosófico de Epicuro. Se trata de una doctrina muy elaborada, no se piense que un epicúreo sería alguien que gozaba la vida y nada más, ese era un aspecto al que había que añadirle otros, como la indagación científica, físicos, lógicos. Tuvo muchísima repercusión en esa zona de Nápoles, con escuelas y maestros, por allí pasaron Virgilio, el emperador Augusto.


    Lo que yo he querido resaltar en mi libro, desde los testimonios arqueológicos que nos quedan de esta ciudad sepultada, es el aspecto de la escuela elemental y se manifiesta que la mayor parte de los pompeyanos debían de saber por lo menos escribir y leer. Esto lo sabemos por la cantidad increíble de graffitis escritos a punta de cuchillo o punzón directamente sobre los muros y se escribía de todo, desde los piropos a las mujeres, los aspectos más lúdicos, hasta sentencias filosóficas, donde se dice ‘como el sol nace y cae todos los días, así la vida del hombre…’ El hecho de que hubiera tantísimas inscripciones y escritas en todas las alturas del muro indica que los niños practicaban también sus abecedarios, hay muchos de estos en latín y en griego, la lengua franca del mundo aquel, donde además de estas dos lenguas se hablaba la lengua de los últimos dominadores antes de la llegada de los romanos, los annitas que poseían una lengua y una escritura que era el osco. Era una ciudad cosmopolita y se encuentran inscripciones y graffitis en las tres lenguas.

     


    Usted ha investigado en su libro de 2006, ‘Danni di guerra a Pompei’, los bombardeos de las fuerzas aliadas sobre las ruinas de Pompeya, ruina sobre ruina. ¿Cuáles fueron los motivos para el ensañamiento? ¿Qué destrozos importantes se causaron? y por último ¿a qué se ha debido tan prolongado silencio sobre el asunto?

     

    Claramente no había un motivo militar para bombardear Pompeya. Los americanos habían desembarcado en Salerno, unos 100 kilómetros al sur de Pompeya, con la intención de avanzar hacia Roma y ya solo se oponían en su avance los alemanes. Pompeya no tenía significado político, pero cuando la guerra domina los señores de la guerra quieren hacer demostraciones de fuerza y bombardean si es necesario las retrovías del enemigo, donde caen, caen.

     

    Pompeya estaba en medio de este camino entre los angloamericanos que quieren avanzar y los alemanes que si bien retrocediendo todavía resisten. El primer bombardeo que se hace sobre Pompeya en una coincidencia nefasta con la fecha en que quedó sepultada por la erupción del Vesubio, un 24 de agosto, pudiera haber sido un error. Así lo proclama por entonces Radio Londres y manifiesta que no se repetirá, lo cual no fue cierto, porque los grandes bombardeos y mayores daños de Pompeya suceden unas semanas más tarde, desde el 13 al 22  de septiembre de ese mismo año, donde todos los días, de día y de noche, pasan las fortalezas volantes descargando centenares de bombas. Se habla de 160 bombas de un calibre de 500 kilogramos que caen indistintamente en estas ruinas sin motivo ninguno, arrasando todo, por todos los alrededores, sin ninguna preocupación.

     

    No puedo saber por qué ha sucedido, tal vez tuvieran la intención de castigar a Italia y a los italianos por haber sido aliados de los alemanes. Por ese mismo motivo muchas iglesias de Nápoles quedaron destruidas, como Santa Clara, y después será Montecasino, con mayor clamor mundial, destruido totalmente, sin motivo.


    El silencio sobre todo se debe a que los vencedores son los que escriben la historia. Esto además era una barbarie que les vino a avergonzar, por ello se quiere borrar en lo posible de la memoria. A mí me llama muchísimo la atención que en los archivos ingleses y americanos no se haya encontrado prácticamente ningún tipo de documentación. Sin ninguna fotografía de los daños causados en las ruinas, las únicas 20 fotografías se han descubierto en época muy reciente en los sótanos del Museo Nacional de Nápoles y el silencio ha sido casi total durante más de 50 años. 

      

    Después de lo que ha ido contando quisiera que dijese qué lugar ocupa hoy en día la arqueología como acceso al conocimiento de la verdad histórica. Quiero decir que si de esas ruinas aflora información en los papiros, en los graffiti, en los modos de vida congelados por el derrame de la lava, una información que no se daría interpretada ya que de ninguna manera se da, tan solo son un resto, una ruina viva que en Pompeya estaría obligada a hablar.


    La arqueología como documento es fundamental y cada vez más. Lo que sabemos a través de la arqueología es el testimonio directo desde documentos y objetos antiguos, algo que va más allá de los escritos de los clásicos traducidos durante el renacimiento. La arqueología es lo que demuestra muchas veces lo que en esos libros aparecía y no siempre se llegaba a comprender porque faltaba la documentación del objeto.  Los campos que estudia la arqueología son abundantísimos y cada vez más complejos y extensos, así tenemos el mundo de la artesanía, el de la técnica, el de la enseñanza, el de la mujer el de los esclavos. En todos estos aspectos, la arqueología sirve para demostrar paso a paso, lo que no evitará ciertas disputas, y llegar a ciertas verdades y conocimientos en cada uno de estos aspectos.

     

    La arqueología está en la boca de todo el poder económico y social como algo extraordinario, pero esa importancia que se vocea muchas veces se desdice en la inversión y el cuidado de esos restos que tenemos ahí. Hoy por hoy en Italia y particularmente en Pompeya más que excavar, el verdadero problema es conservar lo que ya se ha excavado que ha peligrado por guerras, por situaciones ambientales, por descuido general. Lo que está debajo de tierra todavía, unos dos quintos de la ciudad de Pompeya y más de la mitad de Herculano, eso es lo único que está seguro y que podemos dejar a las generaciones venideras. Lo que esta excavado sufre y ha sufrido por muchas causas y hoy las ruinas de Pompeya son las ruinas de las ruinas.


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    1 comentario:

    Ramón Hernández dijo...

    Aire fresco y grato de viejos arsenales, digno de agradecer por transmitir la fuerza de un pasado que conforma, querámoslo o no, nuestro presente. Este sugestivo relato a mí, en concreto, me trae el grato recuerdo de la Semana Santa pasada en Madonna del Arco (la de 1967) de más de cuarenta horas de confesionario en solo tres días, pero que nos dejó un respiro para ir a solazarnos a Pompeya. Digo "solazarnos" porque, en medio del aluvión arqueológico que recibimos y contemplamos, no dejó de estar presente el morbo de ver pinturas eróticas atrevidas y de estatuas que reproducían las posturas sexuales de ardientes coyundas cubiertas por la lava. Gracias a Lalo, a Tomás y a Laurentino por ilustrarnos sobre la enorme importancia que la arqueología tiene no solo para saber quiénes fuimos, sino también para descubrir quiénes somos.

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