sábado, 16 de noviembre de 2024

YA ME DIRÁS (Por Pedro G. Trapiello)

Pedro García Trapiello

16.11.2024 | 03:30

Actualizado: 



Te nos vistieron de otoño de golpe y eres ese otoño irremediable y luminoso que pinta el bosque que rodea el hospital entrando en tu habitación a guantazo limpio, muy limpio, paisaje muy de beber y de pintar para un paisajista redomado como lo has dejado bien patente en lienzos mil. Las copas de esos árboles las mece a veces un viento del Rabizo que invita al vuelo y al viaje, a que sí, acurrucada ahí el alma pequeñina y la memoria; eso imagino que estás viendo todo el día. Y día a día te vas yendo. Dicen que serán pocos. Quizá por eso no te incomoda el reguero de visitas que a ratos convierte tu habitación en el Paseo de las Negrillas. Es admirable que con tanta gente y tanta turra te sepa todo a concejo de frutos, a zumo de recuerdos, a voces de la sangre, a palabras de dentro, a besos con franqueo eterno, a silencios de corazón abierto, a lumbre de olvidos, a la paz serena tejiendo el último escenario en calma, tu Calma, tu barca.Algo te consolará también librarte de lo que aquí queda. No corren buenos tiempos para la lírica ni el pincel, quiere pitar más el brochazo grosero y el grito dogmático vendiendo su mercancía en las redes con chiflo de afilador cuchillero o flautas de Hamelin para llevarse a los niños. Dejas un panorama complicado en el que andamos todos esnortaos, desde el voto de Illinois a las nubes de Valencia, del enmascarado de las mascarillas a la bragueta del Emérito. Y aún tardará en cesar y descender la inundación nacional de malahostia embarrada que nos llega hasta la boca escupiendo adobe cada cual en Cortes, tertulias o barras. No aprenderemos ni cuando la tragedia nos empobrece a todos, aunque habrás visto el gran borbotón de gente buena y de brazos arrimados que ha generado el enorme destrozo valenciano; ahí descansa nuestra esperanza y es gran noticia en el zurrón para tu descanso. Y ya se ensayan nieves en estas cumbres nuestras para que cada río vuelva a tener su primavera y vuelva a ponerse guapo echándote guiños de pura coquetería para que les retrates. Ya me dirás qué les digo de tu parte cuando vuelva a verlo

4 comentarios:

J.L. Suárez dijo...

¡Pedro, como diria mi padre, ¡qué bien redactas! Dónde habrèis mamado los Trapiello --‐--‐--todos- tanto arte...

Isidro Cicero dijo...

Pedro, demasiado emocionante. Tardarás en poder escribir, creo, sin mojar la pluma en ese tintero

Ramón Hernández dijo...

Pedro, gracias por esta riada, mayor que la de Valencia, de metáforas y emociones que me rescatan del barro ambiente y me catapultan hacia la primavera de los ríos que contemplas. Pero digamos que, apostillando tan meticuloso y detallado balance, soy de la opinión, y seguramente también lo era Seve, de que en el cuadro que contemplamos abunda más el color que las sombras y de que en el escenario de la vida en que nos toca actuar los buenos son muchos más que los malos. Sin duda, sabes que mi leitmotiv es Eladio, nuestro genial agudo pensador, que, abordando la vida, apunta siempre hacia más y mejor, hasta afirmar categóricamente que, si no fuera así, ni siquiera habría vida. Y Seve, seguro que vive.

Vibot dijo...

Un abrazo, Pedro, y gracias por ese torrente desbocado que eres.

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